Luego de escribir la nota sobre Una Falla De Russell, recibí un extraño email en donde se me alerta de un error muy evidente en la demostración que propongo para probar una falla que detecto en las paradojas de Russell. Las ofensas e insultos que contiene el email lo vuelven no publicable en mi blog. Pero, respetuosamente, acepto los argumentos expuestos por el comentarista. A continuación se expone ese argumento y se presenta una demostración, espero correcta, sobre la falla de Russell. Print pdf.
El comentarista afirma: En la expresión E={E}∪E, E pertenece a E por lo que si se extrae E de ambos lados queda vacío en ambos lados, y aceptar otra cosa es estúpido.
Este argumento es correcto siempre que se acepte como verdadera esa forma de escribir la entidad E. Pero ¿qué ocurre si tal escritura es incorrecta?. En tal caso se estaría aceptando como verdadero algo que es, a priori, falso. Lo que se pretendió resaltar con la demostración es que la entidad propuesta por Russell es tan absurda como suponer que una entidad pertenece y no pertenece a sí misma, simultáneamente.
Para aclarar el error cometido, propongo a continuación una prueba recurriendo a la siguiente observación:
Obs.\ Sea C=A∪{E} con A∩{E}=∅ (E∉A). Luego C≠E.
Dem.\ Quiero ver que C≠E. Por el absurdo.
Supongo C=E. Luego {E}={A∪{E}}. Esta igualdad de entidades se prueba por doble inclusión.
⊂) Trivial pues E∈{E}.
⊃) Sea x∈A. Luego x∉{E} ya que E es el único elemento de {E} y x≠E pues E∉A. Así se ha encontrado un elemento que está en {A∪{E}} y no está en {E} por lo que ambas entidades no pueden ser iguales. Pero esto es absurdo, lo cual se deriva de suponer que C=E. Se concluye entonces que C≠E. Y así queda probada la observación.
Si esta observación es verdadera, entonces la entidad E no se puede escribir como E=A∪{E} con A y {E} disjuntos. Por lo tanto, para que esta expresión sea válida, E no se puede separar de A con lo cual A=E. Es decir, y este es el supuesto de la primera demostración, el elemento E se puede, y no, separar de la entidad E. Con esto, la entidad E se puede escribir en un miembro como indisoluble del elemento E, y en el otro miembro como disoluble del elemento E, lo cual es contradictorio en sí mismo.
Si el razonamiento expuesto en la presente nota es válido, entonces valió la pena el error cometido en la nota sobre la falla de Russell. Más aún, y para tranquilidad del comentarista, si el razonamiento resultara no válido me permito recordarle que creo ser homo sapiens, con lo cual aspirar a ser sabio no me hace menos bestia. O, si se quiere, reconozco mis límites y dolorosamente acepto que Errar es Humano.
Atte.
Juan Carlos Vera. Buenos Aires, Argentina.
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sábado, diciembre 25, 2010
Errar es Humano
martes, diciembre 14, 2010
¿Y Si Dios Existe?
Varios lógicos y matemáticos suelen afirmar que “Dios no existe” argumentando como prueba una aplicación de las paradojas de Bertrand Russell, de modo que dicha prueba supone la existencia de una entidad -llámese conjunto- que es elemento de sí misma. Pero según la nota precedente, tal entidad no existe. Es mi deseo explicar los detalles de la trampa contenida en esta lógica Russelliana especialmente observando el modo en el que se pretende interpretar la existencia de algún Dios. Print pdf.
Lógicos y matemáticos afirman: Dios no existe. Su prueba es como sigue. Suponga que Dios existe, luego él reúne la plenitud de los poderes. En especial reúne los no poderes. De aquí se deduce que Dios se queda sin la plenitud de poderes aplicando la lógica de Russell. No puede haber un no poder inaccesible para Dios ya que él todo lo puede, pero si Dios tiene no poderes entonces hay poderes que Dios no tiene. Lo cual es contradictorio.
¿Dónde está la trampa?. La trampa en esta lógica surge al aceptar implícitamente la existencia de una entidad que es elemento de sí misma. Al hacer esto se acepta, ipso facto, que algunos elementos pertenecen y no pertenecen a tal entidad. En particular se acepta a la entidad como elemento que pertenece y no pertenece a la entidad, ya que eso dice precisamente la paradoja de Russell.
En su fallida prueba de la inexistencia de Dios, lógicos y matemáticos aceptan los “no poderes” como ciertos elementos que pertenecen y no pertenecen a la entidad de los poderes de Dios. ¿Por qué?, por el simple hecho de que un no poder es un poder que está y no está en esa entidad de los plenos poderes.
Si un razonamiento lógico introduce tal dualidad entonces no resulta extraño que ella se trasmita a las conclusiones finales de tal lógica. Es decir, no resulta extraño concluir que Dios no tiene plenos poderes. Pero si tal dualidad es errónea uno puede deducir, lícitamente, que tal conclusión puede ser tan verdadera como falsa. O sea, uno puede concluir que de este modo no queda probada la no existencia de Dios. Por lo que continua vigente una sospecha original: ¿Y Si Dios Existe?.
Atte.
Juan Carlos Vera. Buenos Aires, Argentina.
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domingo, diciembre 12, 2010
Una Falla de Russell
Bertand Russell fue un ardiente y escéptico pensador del siglo XX. No comparto ninguna de las idas que él desarrolló. Ni siquiera comparto su especulación sobre las conocidas paradojas de Russell. En esta breve nota quiero expresar una razón por la cual percibo que los fundamentos de sus paradojas estaban errados. Hecho que finalmente me conduce a sospechar que la aplicación de la lógica ingenuamente al estudio de entidades abstractas, que lo precedió, está aún vigente hoy. Print pdf.
¿Qué es una paradoja?. Una paradoja es un enunciado que resulta simultáneamente verdadero y falso. Desde el punto de vista del razonamiento lógico se conviene que un enunciado o es verdadero, o es falso. Por lo tanto si es que se deduce su verdad y falsedad simultáneamente es porque en algún lugar de esta lógica se habrá introducido tal inaceptable dualidad. Eso es lo que ocurrió con las paradojas de Russell sólo que este autor supuso que tal falla se deriva de la naturaleza misma de la lógica matemática utilizada en aquellos tiempos, y no advirtió un error que él mismo estaba cometiendo.
¿Cuál fue el razonamiento inicial de Russell?. Russell especuló con una idea sobre la clasificación de los conjuntos. Él consideró que cada conjunto debía pertenecer a una de dos categorías: aquella en la cual el conjunto mismo es un elemento del conjunto, y aquella en donde no lo es. Por ejemplo el conjunto de cucharas no es en sí mismo una cuchara por lo que no es un elemento del conjunto, mientras que el conjunto de cosas que no son cucharas tampoco es una cuchara por lo que es un elemento de sí mismo. Pero él no se preguntó demasiado sobre esta última entidad y de ese modo sembró la semilla de su propio error.
¿Dónde cometió el error?. Su error fue admitir que existen entidades que en rigor no existen. Él supuso la existencia de entidades en las cuales ellas mismas son un elemento constitutivo más de la entidad. Él derivo sin dificultades tal existencia por la mera existencia de la entidad complementaria en la cual tal entidad no es elemento de sí misma. Jamás se hizo la pregunta sobre aquella supuesta existencia.
¿Cuál es el error, concretamente?. Una manera de mostrarlo explícitamente es plantear la entidad, imaginada por Russel, mediante la siguiente equivalencia: E={E}UE. De este modo la entidad E es un elemento de E ya que está integrada, tal como pensaba Russell, por la unión entre ella misma como elemento {E} y ella misma como entidad. Pero si tal entidad existe, al ser la entidad E menos ella misma igual a una entidad vacía E\E=ø, entonces el elemento {E} es una entidad vacía lo cual es un absurdo pues la entidad {E} es un elemento, y un elemento nunca es vacío pues es un elemento. El absurdo proviene de suponer que existe la equivalencia postulada por Russell.
Si Russell se hubiese preguntado sobre la existencia de sus entidades extravagantes, él no habría deducido lógicamente sus enunciados paradójicos, del mismo modo que no se deducen a lo largo de esta nota. Es decir, yo no estaría escribiendo sobre enunciados paradójicos de Russell derivados de Una Falla de Russell.
Atte.
Juan Carlos Vera. Buenos Aires, Argentina.
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sábado, diciembre 04, 2010
La Búsqueda de Renta Fácil, Hace Daño
La búsqueda de renta fácil se vuelve endémica entre los sujetos económicos, sus individuos, en el preciso momento en que se deterioran las principales instituciones de la economía: la economizing y los intercambios. En una nota reciente se discutió el significado y el alcance de estas instituciones. Ambas instituciones le facilitan a la sociedad el dificultoso desafío de satisfacer las necesidades de las personas que la integran. Estas instituciones surgieron y evolucionaron precisamente por su rotundo éxito en el logro de este objetivo. A veces, la prosperidad derivada de este resultado queda rezagada ante la presencia de diversos obstáculos que ciertos hombres se encargan de cimentar. Quiero compartir en esta nota algunas ideas sobre la naturaleza de estos obstáculos y sobre los daños que ellos ocasionan. Print pdf.
Uno podría preguntarse ¿por qué perduran estas vulnerables instituciones de la economía?. Su persistencia de debe a que tales instituciones constituyen una fuente permanente de ganancia económica: con ellas los individuos mejoran gratuita y sistemáticamente su posición económica. Esta ganancia es una consecuencia y un incentivo derivado de la mejor satisfacción de las necesidades. Es decir, la ganancia no constituye un objetivo último que en una sociedad se busca aisladamente sino que forma parte de ese complejo fenómeno determinado por la satisfacción de las necesidades de los hombres y mujeres que la constituyen.
Lo dicho no quiere decir que los individuos deban ignorar la obtención de ganancia, o que la ganancia carezca de entidad económica. Sino por el contrario ya que la ganancia resulta indisoluble de la mejor satisfacción de las necesidades, por lo que ella constituye el fundamento mismo de esas dos instituciones que son la economizing y los intercambios. Lo que se pretende resaltar es que la finalidad última del complejo económico es la satisfacción de las necesidades de la mejor manera posible lo cual tiene como corolario un resultado expresable o medible en unidades de ganancia.
Si los individuos, sujetos económicos por excelencia, ignoran las necesidades y distraen su atención de este principio para concentrarse exclusivamente en la obtención de rentas, lo que más probablemente ocurre es que el desempeño de la economizing y los intercambios resulta deteriorado con lo cual la satisfacción de las necesidades no puede ser la mejor. Esto quiere decir que la ganancia se altera y la posición económica de los individuos en la sociedad empeora.
¿Qué hechos motivan a los individuos a dirigir su atención hacia la búsqueda de renta fácil en lugar de concentrarse en la ganancia ligada a la satisfacción de las necesidades?. Es decir, ¿qué hechos distorsionan el adecuado desempeño de las dos instituciones fundamentales de la economía?. La principal influencia proviene de las inadecuadas intervenciones de los gobiernos. Los gobiernos tienen todo el poder para intervenir directa o indirectamente sobre la economía.
Por ejemplo si un gobierno interviene directamente en la economía ya sea adquiriendo, controlando, o restringiendo a las empresas, entonces se genera una distorsión en las acciones e intercambios que llevan adelante los individuos alterando de este modo los incentivos naturales de mejoras económicas que esas dos instituciones impulsan. Igualmente, si el gobierno interviene indirectamente ya sea mediante controles de precios, o mediante imposiciones complejas y cruzadas, o mediante subsidios discrecionales, entonces se generan las mismas distorsiones en tales instituciones.
Ambas situaciones conduce a los individuos a adaptar su conducta económica para focalizarse en la búsqueda de renta fácil en lugar de perseguir la adecuada satisfacción de las necesidades. Los individuos perciben que el rol de las instituciones se desnaturaliza. Como que tales instituciones pierden parte de su carácter económico. El mensaje emitido por la mala intervención resulta evidente: la mejora en la posición económica debe provenir de la renta aislada mas que de la ganancia obtenida por una adecuada satisfacción de las necesidades. La satisfacción de las necesidades deja de ser un patrón práctico para medir el desempeño de la economía y la métrica residual se expresa enteramente en términos de renta.
Cuando esta situación se generaliza y la mayoría de los individuos se vuelven buscadores de renta fácil, la sociedad toda queda atrapada en la trampa de la renta: las pérdidas ocasionadas por el deterioro en la satisfacción de las necesidades se vuelven una principal causa en la pérdida de ganancia. A esta altura, la posición económica de casi todos los individuos de la sociedad se deteriora mientras el gobierno alimenta, con su intervención, este proceso de deterioro.
Una vez que la búsqueda de renta fácil se arraiga en el seno de una sociedad, se vuelve endémica. Una peste sumamente agresiva, virulenta, y contagiosa. Los individuos actúan como una clase de adictos a esta droga. Ellos renuncian a cualquier vestigio de dignidad para obtenerla mientras gobernantes oportunistas se ofrecen como los principales proveedores del estupefaciente. Si algunos individuos despiertan y perciben la magnitud de la tragedia, ya es demasiado tarde: ellos deberán observar que La Búsqueda de Renta Fácil, Hace Daño.
Atte.
Juan Carlos Vera. Buenos Aires, Argentina.
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domingo, noviembre 14, 2010
La Inflación es Siempre Destructiva
Últimamente he observado tristemente la perversa mala intención con que varios periodistas, políticos, y economistas le comunican a la sociedad ideas completamente falsas acerca de las consecuencias de la inflación. En varios programas de televisión estos señores afirman que un poco de inflación sirve a la prosperidad económica de la sociedad. Quiero decirles a estos señores que la inflación es el instrumento que ellos, y otros personajes tan perversos como ellos, utilizan para estafar a millones de individuos indefensos que habitan un país. En esta oportunidad quiero compartir con quien lea esta nota las nociones elementales que suelo transmitir a mis alumnos cuando me toca explicar el carácter destructivo de la inflación. Print pdf.
La inflación tiene dos componentes distintivos a través de los cuales provoca enormes daños: el aumento generalizado en los precios, y el incremento sucesivo de la escasez. Ambas componentes atacan el corazón mismo de una economía: la economizing, y los intercambios.
La economizing es aquel complejo de acciones y actividades que los individuos emprenden para lidiar con el fenómeno de la escasez. Los individuos son los sujetos activos de la economizing, y los bienes económicos son su objeto por excelencia. La economizing tiene por objetivo evitar las pérdidas y reducir los gastos en estos bienes escasos. Con esta noción, los individuos de una sociedad buscan acortar al mínimo la brecha que existe entre requerimiento y disponibilidad de los bienes económicos.
Los intercambios de bienes son el complemente perfecto de la economizing. Y por ello ambas instituciones evolucionaron juntas. Mediante sucesivos intercambios los individuos conducen los bienes hacia su mejor destino final. Los intercambios fomentan la producción de más variedad y cantidad de bienes, y especialmente permiten que la humanidad evolucione desde la autarquía del autoconsumo hacia la economía de mercado generando condiciones para la prosperidad permanente de modo que los individuos no sólo logran cubrir sus necesidades básicas sino también sus crecientes necesidades de bienestar.
Pero, ¿qué clase de daño sufren estas dos instituciones sociales fundamentales una vez que la inflación se instala en el seno de una economía?. La inflación especialmente destruye el carácter económico tanto de la economizing como de los intercambios. Al hacer esto, toda la sociedad se ve perjudicada, principalmente todos aquellos individuos que se encuentran en posición económica más débil. Veamos este accionar destructivo de la inflación.
Un intercambio ocurre si los individuos hacen valoraciones opuestas de los bienes que se intercambian. Por ejemplo si alguien decide tomar una taza de café en un bar es porque el valor que la tasa de café tiene para él es superior que el dinero que está dispuesto a pagar por esa tasa de café. Igualmente, el dueño del bar decide vender la tasa de café porque el valor que la tasa de café tiene para él es inferior que el dinero que está dispuesto a recibir. Ahora, el intercambio ocurre si el valor en dinero de la tasa de café para el cliente es superior que el valor para el dueño del bar. El precio de la tasa de café, lo que se paga por ella, se ubica en el medio de estos valores y con el intercambio gana tanto quien provee como quien toma café.
En un esquema competitivo bilateral, estas valoraciones se aproximan entre ellas y quienes ofrecen café tienen una valoración inferior pero muy próxima a quienes demandan café. De modo que el reparto de las ganancias del intercambio se vuelve muy equitativo, y la cantidad de individuos que acceden a la tasa de café es máxima.
¿Qué pasa si de repente quienes ofrecen café enloquecen, por alguna razón, y remarcan a la suba el precio de la tasa de café en un 50%?. Sucede que ese precio supera al valor que muchos individuos -los de posición más débil- le asignan a la tasa de café y esos individuos dejan de tomar la tasa de café. Es decir una cierta cantidad de intercambios pierden su carácter económico al desaparecer la ganancia del intercambio por el aumento unilateral en el precio impuesto por quienes ofrecen café. Un resultado observable de este fenómeno es que la cantidad total de tasas de café elaboradas disminuye.
Estos dos factores combinados, el aumento arbitrario en el precio y la anulación de ciertos intercambios, se transmiten a la economizing provocando una contracción en el servicio de cafetería, es decir se produce una menor cantidad de este servicio y disminuye la utilización de bienes (insumos) empleados para brindarlo. A esta altura, los dueños de los bares vuelven a subir el precio de la tasa de café dado que sus costos fijos deben distribuirse en menos tasas de café consumidas por los clientes. Con esta acción protegen su posición económica. Y todo el proceso de ajuste de los intercambios se inicia de nuevo.
Este efecto de los costos fijos, se transmite rápidamente hacia atrás por la cadena productiva que vincula bines finales con bienes de orden superior. Es decir, los productores de insumos de servicios de cafetería también ajustan hacia abajo sus niveles de producción y elevan el precio de estos bienes como medidas para proteger su posición económica. Si esta situación se generaliza a varios bienes finales cuyo precio de venta es remarcado compulsivamente de pronto sucede que toda la economía se encuentra en una situación de escasez general y con aumentos generalizados y sucesivos en los precios. Cuando esto ocurre, la semilla inflacionaria germina y su peste se propaga desplegando todo el potencial dañino.
De repente la economizing, institución que los individuos habitualmente utilizan para combatir la escasez, se encuentra promoviendo exactamente lo contrario: generando más y más escasez de bienes. Y los intercambios, institución habitualmente complementaria de la economizing, se achica progresivamente alimentando un proceso destructivo dentro de la economizing. Es decir, ambas instituciones pierden en buena parte su carácter económico, y su destrucción se retroalimenta. El final de esta historia es evidente: o se corta la inflación y se restituyen los roles institucionales de la economizing y los intercambios, o se desencadena una hiperinflación que destruye completamente toda la economía.
¿Donde está lo bueno y deseable de la inflación que los apologistas inflacionarios predican?. Especialmente quiero saberlo. ¿Qué individuo puede estar mejor si hay más escasez y una espiral de precios?. ¿Desde cuándo promover la escasez y obstaculizar los intercambios constituyen una clave para la prosperidad humana?. Cabe un único calificativo dirigido a los señores que defienden la inflación: Ustedes son unos descarados estafadores. La Inflación es Siempre Destructiva.
Atte.
Juan Carlos Vera. Buenos Aires, Argentina.
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martes, noviembre 09, 2010
Doble Imposición: Impuesto a los Ingresos => Economía en Negro
Don Boudreaux escribió hace unos días una breve pero excelente nota titulada Mill vs Thaler donde él rebate, sobre la base del principio de doble imposición de John Stuart Mill, una idea equivocada que Thaler tiene sobre la neutralidad del impuesto a los ingresos. Luego de leer esa nota me surgió la idea de asociar la doble imposición con la economía en negro. Para probar esto sólo basta exponer el principio de doble imposición del ahorro asociado al impuesto a los ingresos y luego concluir lógicamente que tal inequidad impositiva conduce naturalmente a los individuos a montar economías no registradas o economías en negro. Print pdf.
El principio de Mill se encuentra enunciado en el libro V, capítulo 2, párrafo 22, -V.2.22- de su famosa obra: Principles of Political Economy with some of their Applications to Social Philosophy. Entre otras cosas este principio señala que la imposición, a lo tonto, del ingreso coloca al ahorro en un estado de doble imposición porque se impone el principal al formar parte del ingreso y luego se impone los intereses o beneficios que este ahorro genera cuando es usado como inversión.
Para evitar esta doble imposición, Mill sugiere despejar el ahorro del ingreso antes de colocar el impuesto de tal forma que solo quede para imponer aquella porción del ingreso que se utiliza para gastar como consumo. Es decir, Mill distingue muy bien un impuesto a lo tonto del tipo TY, donde T es la tasa de impuesto e Y es el ingreso, de un impuesto inteligente del tipo T(Y-S)=TC, donde S es la parte del ingreso que se destina al ahorro -inversión futura- y C es la parte que se destina al gasto para consumo. De este modo solo se cobra impuesto sobre el consumo quedando el ahorro libre en una primera etapa pues se le aplicara el impuesto T a los intereses o beneficios que la inversión correspondiente genere.
Si el impuesto al ingreso T sólo se aplica sobre el consumo y no sobre el ahorro entonces los beneficios de la inversión que quedan después de pagar impuestos son: rS(1-T), donde r es la tasa de rentabilidad de la inversión asociada al ahorro. Mientras que si el impuesto al ingreso se aplica a todo el ingreso Y, entonces los beneficios que quedan después de pagar impuestos son: rS(1-T)(1-T), donde S(1-T) es el ahorro que queda luego de pagar impuestos a todos los ingresos Y, y toda la expresión son los beneficios luego de pagar impuestos a los beneficios generados por la inversión.
Claramente en el caso con rS(1-T)(1-T) los beneficios que se obtienen del ahorro toleran una doble imposición (1-T)(1-T). Esta situación coloca al ahorro en desventaja respecto al consumo, pues este último solo se impone una vez mientras que el ahorro se impone dos veces. Tal inequidad impositiva se transforma en una clara señal para la toma de decisiones de los individuos quienes en última instancia son los que reciben los ingresos y quienes eligen cuánto consumir y cuánto ahorrar de ese ingreso.
El primer efecto negativo que a priori se puede identificar es el incentivo para no ahorrar ya que los beneficios de ese ahorro serán doblemente y desigualmente imponibles. O sea se provoca una distorsión en el esquema ahorro-consumo de los individuos. Otro segundo efecto natural es el incentivo para que los individuos intenten por todos los medios posibles esconder el ahorro, es decir hacerlo invisible para el fisco y así evitar la doble imposición. Para utilizar este ahorro se requiere montar actividades económicas en negro, no registradas en el sistema formal, siendo esta la manera directa de no pasar por la segunda imposición.
Las actividades económicas en negro son financiadas por ahorros que se canalizan hacia la inversión por fuera del esquema financiero formal de la economía por lo que el ahorro formal se reduce y el costo del financiamiento global se vuelve más elevado. Si este tipo de actividades prospera entonces va quedando una mayor proporción del ingreso de la economía que no realiza contribuciones con lo cual los mismos ingresos del gobierno se ven empeorados por la aplicación de un impuesto que fue pensado para mejorarlos. Además una economía en negro se vuelve un caldo de cultivo propicio para instalar toda clase de actividades ilícitas que ponen en riesgo la salud y la vida de los individuos en la sociedad.
El impuesto a los ingresos es abusivamente utilizado en las depreciadas economías latinoamericanas. Argentina es una fiel representante entre ellas. Aunque algunas autoridades del reino político intentan hoy implementar esta categoría burda de impuestos en países desarrollados, todo hace pensar que no les será tan fácil lograr tal cometido porque muchos saben que la marginalidad económica significa menos ingresos para el fisco en la medida en que más Impuesto a los Ingresos => Economía en Negro.
Atte.
Juan Carlos Vera. Buenos Aires, Argentina.
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sábado, noviembre 06, 2010
Democracia Vs Tiranía
Por unos tres meses, desde principios de Julio pasado, me he mantenido expectante -a la espera- del devenir de los acontecimientos. En el medio ocurrieron varios eventos agradables. Por ejemplo he observado con agrado la caída del poder de Barack Obama que predije en este mismo espacio, la pérdida de popularidad del dictador H. Chávez en Venezuela cuyo poder tendrá que sucumbir estrepitosamente en las próximas elecciones de ese país, y la crisis del intervencionismo keynesiano como estándar económico en las economías del mundo. Un hecho especial me inunda de satisfacción: el derrumbe del populismo fascista en América Latina, especialmente en Argentina. Es sumamente gratificante observar que varios proyectos totalitarios, canalizados por dinastías tiranas, comienzan a expirar. Print pdf.
Una tiranía es un régimen de poder absoluto instalado y controlado por un único individuo: el tirano. Con frecuencia un tirano llega al poder con el apoyo popular aprovechando una gran revuelta social o algún otro desequilibrio interno que lo vuelve respetado, aceptado, y hasta aclamado con fervor. El tirano para instalarse y consolidar su poder utiliza como práctica política la demagogia y el populismo. Como instrumentos de la demagogia emplea la calumnia y la confrontación, y como instrumentos del populismo emplea la dádiva y la prebenda. Para operar exitosamente el tirano necesita anular al individuo. Veámoslo con cuidado.
El tirano, no es una entidad benevolente. Más temprano que tarde revela su ira, toda esa furia que lo impulsa a apropiarse deliberadamente del poder absoluto. Cuando ese poder queda bajo su pleno control no tiene mas que ejercerlo, pues ¿para qué otro propósito algún ser humano desearía apropiarse de tal cosa?. Apropiarse del poder absoluto quiere decir ni más ni menos que abolir la voluntad de los individuos, de sus libertades, de sus derechos y propiedades, privándolos así de lo más natural y anulándolo por completo. Apropiarse de ese poder quiere decir embrutecer y fanatizar a esos individuos que han quedado atrapados en un limbo absurdo bajo una noción de colectividad inexistente, que sirve al único propósito del tirano: adueñarse de la vida y la voluntad de esos individuos.
Si no se hace la voluntad del tirano entonces sus fuerzas operan y llegan hasta el final. De ser necesario hasta privará de la vida a quienes se atrevan a desafiarlo. Justo aquí, casi demasiado tarde, toda la sociedad se descubre sometida a los designios del tirano, cuando hasta sus seguidores perciben que su suerte queda a merced de una entidad perversa de personalidad enferma y maniática, una clase de loco muy peligroso, es ese momento en el cual casi no hay vuelta a tras.
Pero, por fortuna, la caída del tirano deviene repentinamente. Aunque su puesta en escena deja toda una sociedad devastada, retrasada, dividida y fragmentada, sumamente vulnerable a todo tipo de amenazas. La sociedad ha retrocedido y derrochado un valioso tiempo de prosperidad. El único consuelo social es que el tirano ha expirado, al fin.
Resulta curioso que este juego perverso del tirano transcurra en democracia cuando ésta debería poseer antídotos disuasivos, sabiendo que un tirano siempre percibe las debilidades sociales y entra en acción. Los tiranos son especialmente oportunistas, y así sobreviven a lo largo de la historia.
Los primeros registros de gobiernos tiranos hacen referencia a la Grecia antigua. Aristóteles señala que la tiranía es el peor de los regímenes de gobierno, el que más se aleja de una sana constitución; y le sigue en orden menos malo la oligarquía, luego la aristocracia y, al final, la democracia. Para Aristóteles la tiranía y la democracia son regímenes de gobierno que se ubican en extremos opuestos.
Se puede entender que un tirano emerja desde una monarquía, una oligarquía, o luego de una invasión territorial. Pero ¿la democracia permite el avance de una tiranía?. Resulta impensable que un tirano conquiste el poder en una democracia madura como aquella de los países hoy desarrollados, ya que estas democracias mantienen un apego efectivo a la sana constitución en donde ciertas instituciones reinan por encima de cualquier gobernante. El tirano no podrá acceder a este reino.
Pero tal estándar institucional no rige en democracias degradadas como aquellas de varios países latinoamericanos. La hegemonía arbitraria que impone un dictador como H. Chávez en Venezuela para nada refleja un apego a la sana constitución. Otro tanto puede decirse de la Bolivia de E. Morales, el Ecuador de R. Correa, y la Argentina del ideario Kirchnerista. En estos casos las instituciones no predominan sobre sus gobernantes, sino que ocurre todo lo contrario.
En estas protodemocracias degradadas se generan ciertas condiciones para sembrar y cultivar la tiranía mientras los tiranos recurren al respaldo popular. Respaldo popular que es, paradójicamente , obtenido perpetuando las crisis económicas y las miserias de los individuos. Las sucesivas crisis económicas y la degradación de los individuos es el fertilizante perfecto que abona a las tiranías. Por ello, el verdadero individualismo es un problema sólo para los tiranos.
¿Serán finalmente estas débiles democracias latinoamericanas un terreno fértil para el cultivo exitoso de tiranías electorales?. En principio, no. El impulso democrático del hombre es dominante. Un último vestigio del individuo siempre sobrevive y la democracia lo expresa. Así la democracia se vuelve al fin inconsistente con la tiranía y coloca demasiadas cosas fuera del alcance del tirano.
Lo esencial en la vida de los individuos resulta desconocido, y de esto emergen instituciones cuya base más fundamental es precisamente este vacío cognitivo. La ignorancia es su razón de ser. El tirano se topa con una barrera infranqueable: por fortuna lo fundamental está a salvo, no se ve, y nunca se verá. Este principio de ignorancia termina con las aspiraciones de cualquier tirano.
Contrastante aparece tal exitosa experiencia en estas jóvenes e inexpertas protodemocracias latinoamericanas. De allí deviene lo gratificante del evento. Un casi inesperado y gran triunfo del individuo en democracia. Una batalla ganada. Pero atención: a veces es mejor prevenir que curar. Los tiranos saben que el gran enemigo a vencer es la democracia. Los demócratas de este mundo, la gran mayoría de sus individuos, tendrán que prepararse para repeler eventuales amenazas porque valdrá la pena defender la democracia en futuras contiendas entre Democracia Vs Tiranía.
Atte.
Juan Carlos Vera. Buenos Aires, Argentina.
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viernes, julio 16, 2010
Relevancia Económica del Individuo
El individuo es el elemento constitutivo esencial de una sociedad. Sin individuo no hay sociedad. Aquella teoría que intenta explicar los fenómenos sociales apelando a entidades conceptuales, llámese sociedad, ignorando la importancia de los individuos que la conforman, expresa la mas evidente contradicción: sí los individuos no importan entonces saquen a los individuos y se quedaran con esa entidad vacía. Uno puede concluir que la sociedad existe por, y para, los individuos. Los individuos son su única razón de ser. Quiero repasar en esta nota algunos argumentos de una pura visión anti-colectivista del individuo: el verdadero individualismo. Verdadero individualismo que permite interpretar los efectivos fundamentos del desarrollo humano. Print pdf.
El verdadero individualismo, lo opuesto a socialismo, es aquella teoría que, según Hayek, comenzó con los trabajos de John Locke, Bernand Mandeville, David Hume, Josiah Tucker, Adam Ferguson, Adam Smith, Edmund Burke, Alexis de Tocqueville, y Lord Acton. El verdadero individualismo que todos ellos ayudaron a concebir constituye, como dice Hayek, "...una teoría de la sociedad, un intento por entender las fuerzas que determinan la vida social del hombre y, solo en segunda instancia, un conjunto de políticas de máxima derivadas de esa visión. Este individualismo para nada sugiere una vida aislada y autárquica de los individuos sino por el contrario propone entender los fenómenos sociales a través de las acciones de estos individuos dirigidas hacia otras personas y guiados por su comportamiento esperado...".
Este argumento se opone a la teoría colectivista de la sociedad que propone comprender a la sociedad como un todo, una entidad conceptual, que existe independientemente de los individuos que la componen. Pero, tautológicamente, esta idea colectivista es contradictoria en sí misma. Sí los individuos eventualmente no interesan entonces podrían retirarse de la sociedad para despojarla de todo lo supuestamente indeseable del individuo con lo cual esa totalidad quedaría vacía de esos individuos que son, ni mas ni menos, los únicos miembros que la forman. Es algo así como intentar concebir a la materia despojada de sus partículas fundamentales, lo cual se vuelve una ficción.
Otro argumento del verdadero individualismo, el mas relevante, se dirige en contra del seudo-individualismo o individualismo racionalista cartesiano derivado del enciclopedismo de Rousseau y de los fisiócratas. El racionalismo propone que, en la sociedad, todo puede ser diseñado y controlado por el hombre. Mientras que el verdadero individualismo tiene una postura mas humilde sobre las habilidades y destrezas sosteniendo que el individuo es irracional, es contradictorio, es falible, aprende, y es perfectible, todo lo cual está en perfecta armonía con los hallazgos de que las principales instituciones sobre las cuales descansa el progreso humano no fueron ni diseñadas ni se encuentran dirigidas por mente alguna, por ejemplo la institución del libre mercado en la economía, la institución de la libertad, y la institución de la regla de la ley. No hay mente que pueda diseñar y dirigir semejantes complejidades. Todo hombre, supuestamente racional y supremo, que intente hacerlo simplemente fracasaría, no porque las ideas de racionalidad y supremacía sean incorrectas sino porque el mismo hombre es irracional e incompleto.
Bajo los postulados del verdadero individualismo, el racionalismo económico no tiene cabida. Un problema de racionalismo económico se transforma en un problema estrictamente lógico. Sí el hombre es estrictamente racional, luego todos ellos lo son, entonces se vuelven estrictamente predecibles, con lo cual se vuelven estrictamente lógicos en todos sus aspectos. Entonces, como el problema económico es estrictamente lógico, sus conclusiones son lógicas. Luego, para resolver el problema económico racional solo alcanza con conocer ciertos supuestos iniciales y combinarlos, ya que las conclusiones se obtienen por combinaciones lógicas de los supuestos. En economía estos supuestos deben ser ciertos datos y preferencias iniciales que se consideran dados y que alguien podrá reunir y utilizar par proceder con la resolución del problema económico racional. Pero todo esto es ficticio.
El problema económico que enfrentan los individuos en la sociedad para nada es un problema lógico. Esos datos que se suponen están, para nada están. Esa supuesta uniformidad racional entre los individuos de la sociedad no existe pues los individuos son todos distintos, cada uno tiene su propia interpretación de los hechos, sus propias preferencias, cada uno dispone de porciones de información incompleta, imperfecta y generalmente contradictoria, cada uno realiza sus propias valoraciones de las acciones. Cada uno posee su cuota de irracionalidad. Con lo cual la heterogeneidad y diversidad es extrema.
Este es precisamente el argumento real que conduce a cada individuo a tomar sus propias decisiones, a elegir sus propias acciones, a resolver sus propios problemas económicos. Los individuos son los únicos que tienen acceso completo a toda esa compleja realidad, lo cual les otorga una posición de privilegio al resolver sus problemas. Esa compleja realidad jamas podrá encontrarse en forma reunida para que alguna gran mente calculadora proceda con la resolución de todo el problema económico. Es la simple conveniencia práctica impuesta por esta complejidad al resolver los problemas económicos lo que finalmente convalida la relevancia económica del individuo.
Atte.
Juan Carlos Vera. Buenos Aires, Argentina.
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viernes, junio 25, 2010
Threatens Our Freedom So Seriously
Milton Friedman quedará en la historia como uno de esos libertarios excepcionales. Un hombre que supo entender e interpretar el verdadero sentido de la libertad del hombre. Lo mas apasionante de su vida es que él tuvo la gentileza de compartir todo eso con el resto de los humanos. Cada uno de sus escritos que leo se transforma para mi en una fuente de nuevas idas que me invaden. Quedo perplejo al darme cuenta que él parece haberlo entendido todo, sobre cada aspecto de la praxeología en donde haya incursionado. En esta oportunidad me tomo el atrevimiento de compartir en mi blog, con el único motivo de recordarlo siempre, algunos pasajes de su famosa obra, Free to Choose, que escribió con su esposa y compañera Rose D. Friedman. En estos pasajes la pareja Friedman advierte cuán dañino y perjudicial puede ser un gobierno, arbitrario intervencionista, no solo para la salud económica y la libertad de las personas sino también para el tejido moral que mantiene saludable a una sociedad.
The Fallacy of the Welfare State
"...Why have all these programs -welfare programs- been so disappointing?. Their objectives were surely humanitarian and noble. Why have they not been achieved?. At the dawn of the new era all seemed well. The people to be benefited were a few; the taxpayers available to finance them, many -so each was paying a small sum that provided significant benefits to a few in need. As welfare programs expanded, the numbers changed. Today all of us are paying out if one pocket to put money -or something money could buy- in the other. A simple classification of spending shows why that process leads to undesirable results. When you spend, you may spend your own money or someone else's; and you may spend for the benefit of yourself or someone else. Combining these two pairs of alternatives gives four possibilities.
1-Category I refers to your spending your own money on yourself. You shop in a supermarket, for example. You clearly have a strong incentive both to economize and to get as much value as you can each dollar you do spend.
2-Category II refers to your spending your own money on someone else. You shop for Christmas or birthday presents. You have the same incentive to economize as in the Category I but not the same incentive to get full value of your money, at least as judged by the tastes of the recipient. You will, of course, want to get something the recipient will like -provided that it also makes the right impression and does not take too much time and effort. (if, indeed, your main objective were to enable the recipient to get as much value as possible per dollar, you would give him cash, converting your Category II spending to Category I spending by him.)
3-Category III refers to your spending someone else's money on yourself - lunching on an expense account, for instance. You have no strong incentive to keep down the cost of the lunch, but you do have a strong incentive to get your money's worth.
4-Category IV refers to your spending someone else's money on still another person. You are paying for someone else's lunch out of an expense account. You have little incentive either to economize or to get you guest the lunch that he will value most highly. However, if you are having lunch with him, so that the lunch is a mixture of Category III and Category IV, you have a strong incentive to satisfy your own tastes at the sacrifice of his, if necessary.
All welfare programs fall into either Category III - for example, Social Security which involves cash payments that the recipients is free to spend he may wish; or Category IV - for example, public housing; except that even Category IV programs share one feature of Category III, namely, that the bureaucrats administering the program partake of the lunch; and all Category III programs have bureaucrats among their recipients. In or opinion these characteristics of welfare spending are the main source of their defects.
Legislators vote to spend someone else's money. The voters who elect the legislators are in one sense voting to spend their own money on themselves, but not in the direct sense of Category I spending. The connection between the taxes any individual pays and the spending he votes for is exceedingly loose. In practice, voters, like legislators, are inclined to regard someone else as paying for the programs the legislator votes for directly and the voter votes for indirectly.
Bureaucrats who administer the programs are also spending someone else's money. Little wonder that the amount spent explodes. The Bureaucrats spend someone else's money on someone else. Only human kindness, not the much stronger and more dependable spur of self-interest, assures that they will spend the money in the way most beneficial to the recipients. Hence the wastefulness and ineffectiveness of the spending.
But that is not all. The lure of getting someone else's money is strong. Many, including the bureaucrats administering the programs, will try to get it for themselves rather than have it go to someone else. The temptation to engage in corruption, to cheat, is strong and will not always be resisted or frustrated. People who resist the temptation to cheat will use legitimate means to direct the money themselves. They will lobby for legislation favourable to themselves, for rules from which they can benefit. The bureaucrats administering the programs will press for better pay and perquisites for themselves - an outcome that larger programs will facilitate.
The attempt to by people to divert government expenditures to themselves has two consequences that may not be obvious.
First, it explains why so many programs tend to benefit middle-and upper-income groups rather than the poor for whom they are supposedly intended. The poor tend to lack not only the skills valued in the market, but also the skills required to be successful in the political scramble for funds. Indeed, their disadvantage in the political market is likely to be greater than in the economic. Once well-meaning reformers who may have helped to get a welfare measure enacted have gone on to their next reform, the poor are left to fend themselves and they will almost always be overpowered by the groups that have already demonstrated a greater capacity to take advantage of available opportunities.
The second consequence is that the net gain to the recipients of the transfer will be less than the total amount transferred. If $100 of somebody else's money is up for grabs, it pays to spend up to $100 of your own money to get it. The costs incurred to lobby legislators and regularity authorities, for contributions to political campaigns, and for myriad other items are a pure waste -harming the tax payer who pays and benefiting no one. They must be subtracted from the gross transfer to get the net gain - and may, or course, at times exceed the gross transfer, leaving a net loss, not gain.
These consequences of subsidy seeking also help the pressure for more and more spending more and more programs. The initial measure fails to achieve the objectives of the well-meaning reformers who sponsor them. They conclude that not enough has been done and seek additional programs. They gain as allies both people who envision careers as bureaucrats administering the programs and people who believe that they can tap the money to be spent.
Category IV spending tends also to corrupt the people involved. All such programs put some people in a position to decide what is good for other people. The effect is to install in the one group a feeling of almost God-like power; in the other, a feeling of childlike dependence. The capacity of the beneficiaries for independence, for making their own decisions, atrophies through disuse. In addition to the waste of money, in addition to the failure to achieve the intended objectives, the end result is to rot moral fabric that holds a decent society together.
Another by-product of Category III or IV spending has the same effect. Voluntary gifts aside, you can spend someone else's money only by taking it away as government does. The use of force is therefore at the heart of the welfare state- a bad means that tends to corrupt the good ends. That is also the reason why the welfare state threatens our freedom so seriously...".
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miércoles, junio 16, 2010
Arrogancia Fatal
En el día de ayer, 15-06-2010, apareció publicada una nota en el diario Clarín titulada: Cristina busca fijar precios y cupos al papel para diarios. En esa nota se mencionan algunos dichos de la señora Presidente: “...el papel no puede quedar fuera de la sustitución de importaciones...”, “...el gobierno impulsará un precio igualitario del papel para diarios...”, “...se avanzará en el tema de los cupos de venta para los periódicos del interior...”. Print pdf.
Este hecho de política, imponer precios y cupos para la venta del papel, se suma a todo el manejo intervencionista arbitrario, que la administración KK ha impulsado e implementado, sobre el sistema de precios y la actividad económica. El resultado de esta desventura, ya vivida en amargas experiencias del primitivismo pasado, no podrá ser mas que un sistemático incremento de los precios y un repentino y abrupto aumento del desempleo cuando el intervencionismo se abandone obligatoriamente. La imagen final retratará a nuestra economía en una situación mucho mas primitiva y precaria que al comienzo.
Espero que los señores asesores económicos y políticos de la señora Presidente le hayan informado sobre el correcto significado de lo que ella está impulsando. Dado que honestamente dudo de la neutralidad de esos sabios asesores, permítame, señora Presidente, acercar una humilde visión sobre las intrínsecas limitaciones que todo hombre debe recordar a la hora de intentar manipular el derrotero de un fenómeno complejo como los fenómenos sociales.
Los fenómenos sociales, por supuesto los económicos entre ellos, son fenómenos esencialmente complejos que, usando los términos de von Hayek, emergen desde el carácter o naturaleza de una compleja estructura organizada. Lo que verdaderamente caracteriza a cualquier complejidad esencial es precisamente la imposibilidad, que todo hombre tiene, de conocer lo que esencialmente determina su naturaleza: los factores que explican estos fenómenos son en su abrumadora mayoría esencialmente desconocidos.
El desconocimiento se debe especialmente, siguiendo a Hayek, a que los hechos y aspectos, en su infinitud, que explican y determinan los eventos de esos fenómenos son no observables por mente alguna y, por lo tanto, no comprobables. O sea son esencialmente desconocidos. Esto especialmente anula las pretensiones, de hacer predicciones detalladas, de cualquier teoría social. ¿Qué argumentos le hacen pensar señora Presidente que, justamente esa combinación de intervencionismos que su administración ha elegido aplicar sobre nuestra vida económica, reúne la dosis justa de aquellos hechos que dentro de la infinitud señalarán el acceso a la prosperidad?. Le adelanto mi respuesta: no existe ni un solo argumento válido. Aquellos argumentos que le susurran sus asesores se derivan o de una falsedad intencional o de una teoría falsa.
Déjeme agregar mis convicciones sobre las causas que determinan la prosperidad de las personas en una sociedad. La civilización, como fenómeno social, avanza, prospera, no por el diseño y el control poseído o ejercido por alguno de sus miembros, sino por el esfuerzo y cooperación libre y espontánea de estos miembros. La prosperidad no se diseña, ni se controla, porque simplemente es imposible hacerlo. La prosperidad es un orden que emerge de esa complejidad. Ningún hombre diseña ese orden pues ese orden emerge de la complejidad social, ni tampoco lo controla pues ese orden se autocontrola. Esa autonomía de diseño y control se funda en el principio de ignorancia que anteriormente mencionaba.
En toda la historia de la civilización, cada vez que alguno de sus miembros se arrogó y ejerció el poder de conocerlo, diseñarlo y controlarlo todo, solo logró condenar a su pueblo a las miserias de la esclavitud. Bajo el impecable ejercicio de su tiranía y despotismo condujo todo un pueblo, dominado y sometido, a la ruina mas absoluta. No conozco ni un solo ejemplo de lo contrario. Si Usted, señora Presidente, conoce alguno, le ruego me lo comunique. Yo con gusto lo estudiaré. Aunque mis humildes pero firmes convicciones estarán siempre intactas: el hombre nuca, ni por toda la eternidad, dominará al hombre.
Sus dichos, señora Presidente, sobre los controles de precios, producción y racionamiento, tienen la dimensión de aquel arrogante poder. Esa sensación o esa creencia de conocerlo, diseñarlo, y controlarlo todo. Usted debería escuchar otras campanas, señora Presidente. Otras campanas que le dicen que se estuvo equivocando. Esos errores seguramente no terminaran con nuestro pueblo Argentino sumergido en la ruina, por el simple hecho de que esta sociedad, confío, ha encarnado aquel principio de imposibilidad. Pero cada vez que Usted aplica medidas intervencionistas en la economía para nada resuelve el problema que Usted pretende resolver. Por el contrario, lo empeora un poco mas. Con cada intervención desmedida la sociedad se aproxima a ese final infeliz que le mencionaba al principio. Y a todas aquellas personas, que Usted dice pretende ayudar, las termina perjudicando con cada malogrado intento de diseño y control.
Debo confesar que por el momento no espero ni el mas mínimo gesto de mesura, ni de Usted ni de ningún administrador, que nos aleje de este maleficio que ha invadido a casi toda clase gobernante de estos tiempos, en casi todo el mundo. Esos actos arrogantes que alejan a las sociedades de sus ideales de libertad y prosperidad. Como consuelo final me queda la certeza de dominancia que impone el principio de imposibilidad o principio de ignorancia. Pero también debo confesar que me desespera observar este modo implacable por el cual muchos actos de un gobierno democrático, disfrazado con la regla de la ley, se enfilan en la dirección de esa arrogancia fatal.
Atte.
Juan Carlos Vera. Buenos Aires, Argentina.
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jueves, junio 10, 2010
Ubuntu 10.04 LTS
En el mes 04 del año 2010, tal como lo señala el número de su versión, apareció Ubuntu 10.04 LTS. Me resulta agradable decir que he instalado Ubuntu 10.04 en un pendrive de 8 GB y funciona muy bien. El procedimiento para instalarlo es exactamente el mismo detallado para Ubuntu 9.04. La única diferencia es que en lugar de la iso 9.04 se debe obtener la iso 10.04.
Me crucé con un bug, nada que ver con Ubuntu. Al tratar de iniciar la máquina con Ubuntu 10.04, ésta no iniciaba porque el pendrive tenia GRUB residente en su MBR (Master Boot Record). Para resolver este error fue necesario hacer todo de vuelta, eliminando previamente GRUB del MBR usando el siguiente comando en consola:
sudo dd if=/dev/zero of=/dev/sdb bs=446 count=1¬
Usted debe tener siempre el sumo cuidado de chequear el nombre con que se identifica su dispositivo pendrive, que en este caso se supone como /dev/sdb. Un error aquí puede ser fatal, por lo que se recomienda chequear esto cuántas veces sea necesario. Luego de los chequeos redundantes apliqué el comando anterior y, sin GRUB en el MBR, procedí tal cual lo indica la nota Ubuntu 9.04. Todo resultó de maravillas. Ahora estoy corriendo Ubuntu 10.04 LTS.
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sábado, junio 05, 2010
Mercado y Estado
Muchos políticos, seudo-economistas, y periodistas formadores de opinión, hoy en día sostienen que el destino político y económico de la sociedad en el mundo se decide por la dominancia de una de dos entidades excluyentes: el mercado o el estado. Para la mayoría de ellos el mercado reúne a los malvados, mientras que el estado reúne a los bondadosos. Lo curioso es que estas personalidades no han utilizado ni el más mínimo instante de tiempo para reflexionar sobre el significado de esos términos que ellos plantean como antagónicos. La evidencia demuestra que todos ellos se encuentran soberbiamente equivocados. Déjeme utilizar una extensa cita de Ludwig von Mises, tomada de su famoso libro: Human Action, pgs. 257, 258, 259, para abordar la falacia enunciada por aquellos señores. Print pdf.
Qué es el Mercado para Mises?.
"The market economy is the social system of the division of labor under private ownership of the means of production. Everybody acts on his own behalf; but everybody’s actions aim at the satisfaction of other people’s needs as well as at the satisfaction of his own. Everybody in acting serves his fellow citizens. Everybody, on the other hand, is served by his fellow citizens. Everybody is both a means and an end in himself, an ultimate end for himself and a means to other people in their endeavors to attain their own ends."
"This system is steered by the market. The market directs the individual’s activities into those channels in which he best serves the wants of his fellow men. There is in the operation of the market no compulsion and coercion..."
"...The Marxian slogan “anarchic production” pertinently characterizes this social structure as an economic system which is not directed by a dictator, a production tsar who assigns to each a task and compels him to obey this command. Each man is free; nobody is subject to a despot. Of his own accord the individual integrates himself into the cooperative system. The market directs him and reveals to him in what way he can best promote his own welfare as well as that of other people. The market is supreme. The market alone puts the whole social system in order and provides it with sense and meaning."
"The market is not a place, a thing, or a collective entity. The market is a process, actuated by the interplay of the actions of the various individuals cooperating under the division of labor. The forces determining the—continually changing—state of the market are the value judgments of these individuals and their actions as directed by these value judgments. The state of the market at any instant is the price structure, i.e., the totality of the exchange ratios as established by the interaction of those eager to buy and those eager to sell. There is nothing inhuman or mystical with regard to the market. The market process is entirely a resultant of human actions. Every market phenomenon can be traced back to definite choices of the members of the market society."
"The market process is the adjustment of the individual actions of the various members of the market society to the requirements of mutual cooperation. The market prices tell the producers what to produce, how to produce, and in what quantity. The market is the focal point to which the activities of the individuals converge. It is the center from which the activities of the individuals radiate..."
En los términos de Ludwig von Mises, el mercado es un sistema social de cooperación bajo la división del trabajo con propiedad privada de los medios de producción. Los individuos participan libre y voluntariamente en el mercado. En el mercado no hay compulsión ni coerción. Las personas actúan e interactúan libremente. El mercado no es ni un lugar, ni una cosa u objeto, ni una entidad colectiva. El mercado es un proceso, disparado o motivado por la interacción de los individuos que cooperan bajo la división del trabajo. Las fuerzas que determinan el estado del mercado son los juicios de valor y la acción de los individuos que participan. El estado del mercado es la estructura de precios o la totalidad de las tasas de cambio de bienes que se intercambian entre vendedores y compradores. El proceso del mercado es el ajuste de la acción individual de los miembros de la sociedad de mercado para cumplir los requerimientos de la mutua cooperación. El mercado es supremo porque expresa la voluntad soberana de los individuos cooperando libre y voluntariamente.
Qué es el Estado para Mises?.
"...The state, the social apparatus of coercion and compulsion, does not interfere with the market and with the citizens’ activities directed by the market. It employs its power to beat people into submission solely for the prevention of actions destructive to the preservation and the smooth operation of the market economy. It protects the individual’s life, health, and property against violent or fraudulent aggression on the part of domestic gangsters and external foes. Thus the state creates and preserves the environment in which the market economy can safely operate..."
Así el estado, a diferencia del mercado, es un aparato, es como una entidad. El mercado no es una entidad. Pero además el estado es un aparato para la compulsión y coerción, todo lo contrario al mercado. Según Mises, está concebido para aplicar ese poder con la finalidad de proteger la vida de los individuos, proteger su salud y sus propiedades. Pero nunca para adueñarse de todas esas cualidades de los individuos, ni mucho menos para interferir en sus acciones libres y voluntarias beneficiosas. De este modo, cumpliendo con su papel, el estado crea y preserva las condiciones para una segura operación de la economía de mercado.
Mises también explica, en estas páginas, el significado del Socialismo.
"...The market economy must be strictly differentiated from the second thinkable—although not realizable—system of social cooperation under the division of labor; the system of social or governmental ownership of the means of production. This second system is commonly called socialism, communism, planned economy, or state capitalism. The market economy or capitalism, as it is usually called, and the socialist economy preclude one another. There is no mixture of the two systems possible or thinkable; there is no such thing as a mixed economy., a system that would be in part capitalist and in part socialist. Production is directed by the market or by the decrees of a production tsar or a committee of production tsars..."
Para Mises, el socialismo, como otro sistema de cooperación social bajo la división del trabajo, es pensable aunque impracticable. Este sistema es opuesto al mercado y resulta totalmente incompatible con éste. Ambos sistemas no pueden convivir. Pero como el socialismo resulta impracticable, por su imposibilidad operativa, entonces el único sistema dominante de cooperación social que persiste es el mercado. Por ello existe la superioridad del orden de mercado. Sí no hay resistencia este orden se impone y predomina naturalmente.
El enorme error de aquellos políticos, académicos y periodistas, mencionado al principio, proviene de confundir al estado con el socialismo. En rigor todas estas personalidades añoran al socialismo, ellos estarían a gusto de sentarse en el sillón del tirano y déspota para propinar latigazos sobre el lomo de individuos despojados de todo vestigio de libertad y sometidos a los designios de la esclavitud. Ellos piensan como socialistas pero, ya que nunca podrán practicar el socialismo, porque es simplemente imposible, entonces van por el estado, quieren apropiarse de él, y utilizar los poderes que ahí obtienen para conseguir algunos privilegios del déspota, tirano, y totalitario. Ellos pretenden engañar con esta confusión. Si bien nunca podrán impulsar el socialismo desde ese pedestal, las pretensiones del déspota deja heridas profundas en la soberanía de las personas, además de expropiarle parte de sus ingresos y buena parte de su riqueza. Señor socialista Usted debe saber que el tiempo juzgará al déspota porque la verdad de la prueba es irrefutable: sobre el significado de Mercado y Estado.
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lunes, mayo 10, 2010
Pull to the Same Side...?
Mrs. President, CFK, today took on national television chain: "... if all pull to the same side, we would be much better ...". I want to remind Mrs. CFK that even a team of oxen pulling in no unison, although the team are chained to a plow, are blindfolded, and are hit by a guide.
This lady would love to do that role from that guide. Luckily for us, and unfortunately for her, several people of this country are not cattle, we think very differently from each other, not pulling on the same side, and it is precisely this human behavior our salvation from serfdom lying on rotten mind of the rulers ...
Atte.
Juan Carlos Vera. Buenos Aires, Argentina.
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sábado, mayo 08, 2010
Nueva Crisis Económica Mundial
Políticos, economistas y muchos divulgadores populares, guiados por el sentido común e inducidos por distorsionadores profesionales, han adoptado una errónea idea sobre las causas del desempleo y por lo tanto sobre los medios e instrumentos para intentar restaurar el pleno empleo. Ellos viven encantados bajo la ilusión del mecanicismo económico Keynesiano: más demanda agregada=>más empleo=>menos desempleo. Creen que el desempleo es un problema de demanda agregada. Esta implicación mecánica es tan groseramente irrelevante para la economía como lo es para la física sostener que el movimiento de un automóvil se debe al cambio de posición en la ruta. Más allá de lo ridículo, uno debe lamentar las consecuencias destructivas, para la prosperidad, ocasionadas por todas aquellas políticas diseñadas y aplicadas en base a esta teoría errónea. Quiero expresar algunos argumentos que ayuden a desterrar esta noción platónica de la economía. Print pdf.
F. A. Hayek ha dejado para la posteridad el mejor argumento económico para explicar el desempleo. Él señaló que el desempleo no es un problema de demanda agregada de bienes sino una consecuencia de la discrepancia entre la demanda de bienes y la localización de recursos para producir esos bienes. El desempleo se debe a una discrepancia entre demanda y oferta de bienes. Se deduce inmediatamente de esta excelente teoría económica del desempleo que todo aquello que altere esta sincronía entre demanda y oferta será una causa posible de desempleo.
Sí un factor externo, como puede ser alguna intervención proveniente del gobierno o el accionar dominante de un monopolio, altera esta sincronía entonces lejos de resolver el problema de desempleo no podrá generar otro efecto que profundizarlo. Por ejemplo sí un gobierno estimula la demanda agregada de bienes, lo cual se financia últimamente con emisión monetaria, ese simple hecho acentúa la discrepancia de manera directa; con el agravante de que ninguna mente podrá asegurar que la relocalización de recursos inducidas por la intervención del gobierno se dirija en dirección del ajuste hacia la correspondencia entre demanda y oferta. Es más, sobrada evidencia sugiere que esta clase de intervención del gobierno va en la dirección opuesta y esto ocurre porque se exagera la localización arbitraria de recursos hacia actividades improductivas e ineficientes, provocando en el mediano o largo plazo un incremento aún mayor del desempleo pues estas actividades no pueden ser exitosas y se vuelven apuestas perdedoras.
Según esta idea de Hayek los factores que determinan la sincronía son, en su abrumadora mayoría, no medibles, o inconmensurables, y casi todos no observables. La estructura económica resulta ser de tal complejidad que la mayoría de los factores y hechos que determinan sus propiedades características son esencialmente desconocidos. Es precisamente este principio de ignorancia el rasgo distintivo de este fenómeno social: el fenómeno económico. El fenómeno económico es demasiado complejo como para distinguir y medir aquello que guía su comportamiento definitivo, y en esencia nunca podrán conocerse estos factores. Ninguna mente puede llegar a conocerlos completamente.
Hayek detalla esto con insuperable claridad: “...It is indeed the source of the superiority of the market order, and the reason why, when it is not suppressed by the powers of government, it regularly displaces other types of order, that in the resulting allocation of resources more of the knowledge of particular facts will be utilized which exists only dispersed among uncounted persons, than any one person can possess...”. El conocimiento relevante, el que determina los mejores resultados, es aquel que se encuentra disperso entre todas las personas de la sociedad: un poquito en una persona, otro poquito en otra persona, y así sucesivamente de tal forma que ninguna mente lo puede reunir y manipular.
En este contexto de ignorancia casi total, ningún gobierno, ninguna empresa, ninguna persona individual dispondrá de esa información que gobierna el comportamiento de la economía. Con esto, cualquier intervención arbitraria tendrá muy baja, sino ninguna, probabilidad de éxito. En particular, la política de emisión monetaria destinada a estimular la demanda agregada con el propósito de reducir el desempleo solo cosechará un mayor número de personas desempleadas en el futuro, por la simple razón que tal política fue diseñada sobre la base de un conocimiento deficiente, que ignora aquella información esencial que rige el desempeño de la estructura económica.
La historia económica, en el mundo, está repleta de evidencia que muestra sucesivos fracasos de todas las políticas intervencionistas y proteccionistas. Con estas políticas se pretende recrear un escenario económico diseñado por personajes del gobierno que permita manipular los fenómenos económicos a modo de un mecanismo de la física. En este escenario los gobernantes intentan, inútilmente, reordenar la demanda agregada y relocalizar los recursos. Resulta de esta manipulación, como lo sugiere la teoría de Hayek, una exageración de la discrepancia entre demanda y oferta. En el mediano o largo plazo los factores ocultos pero esenciales para el desempeño económico operan, se vuelven superiormente dominantes, desnudando la gran maraña de ineficiencias de toda aquella inadecuada relocalización de recursos inducida por las políticas públicas de demanda. Cuando ello ocurre, deviene una crisis que se expresa con alta inflación, alto desempleo y recesión económica.
Esta clase de crisis ocurrió, por ejemplo, en Argentina al final de la década de los 1980's, al final de la década de los 1990's, y es lo que sucede ahora, al final de los 2000's, por la aplicación de políticas intervencionistas y proteccionistas a lo largo de estas décadas. Es lo que le ha ocurrido a los Estados Unidos como consecuencia de políticas invasivas del gobierno, lo cual se ha profundizado significativamente a lo largo del 2009 con el establecimiento del estado de bienestar impulsado por la administración Obama. De seguir este rumbo, es casi seguro que la administración Obama provocará una crisis con consecuencias mucho mas dañinas a la crisis del 2007-2008.
El estado de bienestar y su concepción socialista, una intromisión agresiva directa de los gobiernos como factor determinante de las pautas de consumo de los habitantes y de la relocalización de los recursos productivos, va exactamente en la dirección opuesta a aquellas fuerzas que concurren en la determinación del equilibrio económico. Las políticas de bienestar son poderosos factores que compiten con los factores que determinan la sincronía natural entre la demanda y la oferta. Por el principio de ignorancia, a la larga éstos factores naturales dominan y, al colisionar con aquellas fuerzas opuestas que provienen del bienestar socialista, deviene una crisis generalizada en la economía.
Esta clase de crisis es la que se ha estado gestando en toda la (UE) Unión Europea debido a la aplicación de políticas inadecuadas durante décadas. La enorme presión que las fuerzas intervencionistas y proteccionistas ejercieron, especialmente a lo largo de la última década de gobiernos socialistas, condujo a las economías de la unión a una situación de discrepancia entre demanda y oferta de bienes que terminó explotando, hoy en Grecia, mañana seguirá en España, Irlanda, e Italia, y así, desatando una crisis que se extenderá a todos los demás países miembros y, probablemente, al resto del mundo. A mi juicio, la crisis en la UE es inevitable. El rumbo natural de la economía es incompatible con el rumbo que se intenta imponer desde la intervención y protección impulsada por los gobiernos. El poder de las fuerzas naturales es inimaginablemente superior a cualquier política de manipulación diseñada por el hombre. Luego, dado el antagonismo, el reordenamiento económico no podrá suceder de manera gradual sino violentamente con una gran catástrofe económica.
A diferencia de crisis anteriores, en la actualidad, y dado el estado de propagación de la tecnología de comunicación y del conocimiento en general, esas fuerzas que rigen el comportamiento o el carácter de la estructura económica son más poderosas aún y su campo de acción ha dejado de ser local para incidir sobre todas las economías del planeta. Entonces, las discrepancias económicas en un punto de esta compleja organización son transmitidas instantáneamente a las demás economías del mundo debido al nuevo consenso entre los habitantes de ese mundo de que una crisis puntual ha dejado de ser puntual para replicarse implacablemente en el resto de los países.
Resulta claro que una mala concepción sobre las causas del desempleo llevan a diseñar y aplicar políticas que se vuelven en contra de la prosperidad siendo estas políticas las principales causas de la inestabilidad económica mundial. Lo penoso sucedió porque, dado el viraje socialista de las administraciones gubernamentales en la última década, la mayoría de los gobiernos eligieron creer en el enfoque racionalista de la economía, suponiendo que esa racionalidad dotaría al hombre de la suficiente habilidad intelectual y operativa para diseñar e implementar un sistema económico de comando y control. Evidentemente esto ha fracasado, afortunadamente por la implacable acción del inviolable principio de ignorancia impidiendo que cualquier mente humana conozca en plenitud ese sistema económico. Pero este error no será gratis para nuestra especie. Lamentablemente este error se pagará muy caro con las destructivas consecuencias de una Nueva Crisis Económica Mundial.
Atte.
Juan Carlos Vera. Buenos Aires, Argentina.
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sábado, mayo 01, 2010
Economistas No-Economistas
Los gobernantes intervencionistas y proteccionistas del mundo pretenden manipular la economía a su conveniencia. Ellos se asocian con grupos de amigos, grupos empresarios y sindicatos, para convalidar privilegios y obtener beneficios a costa de un severo deterioro tanto en la organización económica como en la prosperidad de las personas. Esta situación convierte a estos señores en personajes despreciables. Pero mucho mas desagradables aún son los economistas, asesores de estos señores, quienes terminan convalidando esta visión. Economistas que no piensan como economistas. Milton Fiedman dijo alguna vez “...I have found, over a long time, that some people are natural economists. They don't take a course, but they understand--the principles seem obvious to them. Other people may have Ph.D.s in economics, but they're not economists. They don't think like an economist. Strange, but true.". Print pdf.
Es muy habitual encontrar la clase de pseudo-economistas mencionados por Fiedman. En los países latinoamericanos abundan y perduran. No extrañamente todos ellos ocupan cargos jerárquicos en ministerios públicos ostentando la etiqueta de ministro de economía. Algunos de ellos cumplen su papel de fiel sirviente del controlador y de tanto en tanto caen en el completo ridículo. Por ejemplo se ven reescribiendo un diccionario económico para el rey inventando nuevos conceptos como el de inflación: inflación=tensión de precios.
Humildemente, les sugiero a estos señores seudo-economistas que, en lugar de delirar con conceptos que solo indican la magnitud de su retraso intelectual y su erosionada capacidad crítica para pensar, tomen la primera clase sobre teoría de precios. Aunque por el principio de Friedman apostaría que, si alguno de ellos lograra leerla, ninguno lograría entender esta primera clase.
Hayek, hace casi 40 años, escribió: “...In fact, in the case discussed, the very measures which the dominant 'macro-economic' theory has recommended as a remedy for unemployment, namely the increase of aggregate demand, have become a cause of a very extensive misallocation of resources which is likely to make later large scale unemployment inevitable. The continuous injection of additional amounts of money at points of the economic system where it creates a temporary demand which must cease when the increase of the quantity of money stops or slows down, together with the expectation of a continuing rise of prices, draws labour and other resources into employments which can last only so long as the increase of the quantity of money continues at the same rate or perhaps even only so long as it continues to accelerate at a given rate. What this policy has produced is not so much a level of employment that could not have been brought about in other ways, as a distribution of employment which cannot be indefinitely maintained and which after some time can be maintained only by a rate of inflation which would rapidly lead to a disorganisation of all economic activity. The fact is that by a mistaken theoretical view we have been led into a precarious position in which we cannot prevent substantial unemployment from reappearing; not because, as this view is sometimes misrepresented, this unemployment is deliberately brought about as a means to combat inflation, but because it is now bound to occur as a deeply regrettable but inescapable consequence of the mistaken policies of the past as soon as inflation ceases to accelerate...”.
Imagino a estos señores, seudo-economistas, imposibilitados de entender los términos de Hayek. También supongo que jamas podrán leer a Hayek. Lo cual me tiene sin cuidado. Lo que verdaderamente me apena es que estos payasos, servidores de la servidumbre, obtengan una paga ayudados por la fuerza pública para sustraer ingresos de la mayoría de las personas a quienes se les cercena su prosperidad. Verdaderamente me apena esta trágica intervención de los economistas no-economistas...
Atte.
Juan Carlos Vera. Buenos Aires, Argentina.
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miércoles, abril 14, 2010
We Must Protect Our Money
The Lost Generation
The whole theory underlying the full employment policies has by now of course been thoroughly discredited by the experience of the last few years. In consequence the economists are also beginning to discover its fatal intellectual defects which they ought to have seen all along.
Yet I fear the theory will still give us a lot of trouble: it has left us with a lost generation of economists who have learnt nothing else. One of our chief problems will be to protect our money against those economists who will continue to offer their quack remedies, the short-term effectiveness of which will continue to ensure them popularity. It will survive among blind doctrinaires who have always been convinced that they have the key to salvation.
F.A.Hayek
Choice in Currency: A Way to Stop Inflation
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miércoles, abril 07, 2010
Proteccionismo Trágicamente Inmoral
En sintonía con este, este y este post de Scott Lincicome, y con este, este, este, este, y este post de Donald Boudreaux, quiero exponer mis argumentos morales a favor del libre comercio y, por ende, mis argumentos morales en contra del proteccionismo. Algo de esto ya hice al escribir esta, esta, esta, esta, esta, esta, esta, y esta nota. Permítame revisar algunos detalles fundamentales con cuidado. Print pdf.
El intercambio pacífico de bienes, lícitamente poseídos, entre dos o mas individuos es incuestionablemente beneficioso para ellos. Lo cual resulta independiente del valor económico de los bienes que se intercambian. Esto es así porque no existe un observador que pueda percibir o sentir lo que efectivamente perciben o sienten quienes practican un intercambio. Afortunadamente, no existe hombre alguno sobre la tierra munido con algún poder que le permita interpretar perfecta y completamente lo que otra persona percibe o siente. El único intérprete, si lo hay, es el individuo mismo. Con determinados conocimientos e información es el individuo, y solo el individuo, el mejor intérprete para decidir sobre las bondades y los perjuicios de sus intercambios.
Este hecho, trivialmente verdadero, permite concluir que cualquier interferencia de este tipo de intercambio entre individuos nunca será neutral. Tal interferencia significará algún perjuicio para “todas” las personas que llevan adelante los intercambios, y muy probablemente para el resto no involucrado. Surge inmediatamente la siguiente interrogante: ¿cuál es la autoridad moral con la que cuenta un observador al interferir el libre intercambio pacífico de bienes entre individuos, sabido que tal intercambio es beneficioso para ellos?. La respuesta contundente es: ninguna. No es de este universo quien se arrogue tal autoridad.
El beneficio del intercambio es independiente del valor económico de los bienes intercambiados. Sí una de las partes que participa en el intercambio decide disminuirle el valor a sus bienes, pues será que ha considerado adecuado hacerlo, y en ninguna circunstancia ese solo acto significa un perjuicio para el resto de los participantes.
Sí un observador externo, como puede ser un gobierno, decide que una tercera parte es netamente perjudicada por el hecho de que un participante restó valor a sus bienes es con los únicos argumentos de que él, como supuesto observador neutral, primero se ha dejado convencer de que tal intercambio mas barato genera un perjuicio sobre una tercera parte, segundo se considera el árbitro adecuado para observar y valorar beneficios y perjuicios, y tercero se cree habilitado para juzgar que el beneficio por intercambiar bienes mas baratos es inferior al perjuicio que tal intercambio le ocasiona a la tercera parte afectada por esa situación.
En cualquier caso, el juicio de tal observador nunca podrá ser neutral. La prueba que él reúna sobre beneficios y daños del intercambio finalmente depende de argumentos arbitrarios y subjetivos que se derivan precisamente de las arbitrariedades y subjetividades a las cuales, cualquier observador del comportamiento humano, apela a la hora de juzgar las valoraciones de los individuos. Entonces es improbable que su juicio sea justo al carecer de neutralidad.
La falta de neutralidad se basa en un principio elemental de ignorancia fundamental. En esencia cualquier observador ignora la subjetividad valorativa del resto de los individuos. Entonces tal observador solo podrá conocer algo de las valoraciones e intereses en juego sí en rigor es una de las partes. Por ejemplo, sí tal observador, el gobierno, es la tercera parte, entonces su juicio estará sesgado en favor a esta parte, ya que una tercera parte que reclama intervenir por sus legítimos intereses egoístas no admitirá un fallo altruista, pues en tal caso no reclamaría intervención.
Luego, sí el observador interviene e interfiere el intercambio, lo hace con el único argumento válido de beneficiar a una parte a costa de perjudicar al resto. Como el observador desconoce las valoraciones reales del intercambio entonces es casi seguro que su interferencia será perjudicial para toda la sociedad, a pesar de que circunstancialmente se esté beneficiando a una parte de ella.
Por ejemplo, cuando un gobierno decide restringir las importaciones de bienes lo que directamente provoca es que los consumidores no tengan acceso a esos bienes importados que deberán ser sustituidos por bienes domésticos seguramente mas caros y probablemente de peor calidad. Los trabajadores empleados en sectores que no pertenecen a los que producen bienes domésticos que sustituyen a los importados serán perjudicados pues están obligados a gastar sus ingresos en bienes mas caros. Y estos ingresos son transferidos a aquellos sectores y trabajadores de la industria domestica que resulta beneficiada por esta interferencia del gobierno.
El enigma moral que aparece aquí al restringir las importaciones es el siguiente: 1)¿con qué autoridad alguien decide sustraerle ingresos legítimos a un individuo para ser transferidos a otras personas?, 2)¿con qué autoridad alguien decide que los ingresos legítimamente poseídos y utilizados por una persona serán mas beneficiosos si se le sustrae y transfiere a otros individuos?. El enigma se resuelve respondiendo que la única autoridad es la inmoralidad de provocar daño a unos para beneficiar a otros. Lo cual significa un perjuicio para la sociedad.
Desafortunadamente, los individuos han soportado todo tipo de interferencias a sus intercambios a lo largo de la historia. Los grupos que se asocian con el observador (el gobierno) para obligarlo a interferir se encuentran activos en todas las economías del mundo. Los privilegios que estos grupos obtienen requieren de la interferencia. Interferencia que parece sumamente efectiva como instrumento para transferir beneficios a modo de un burdo juego de suma negativa: pequeños grupos se benefician mientras una gran mayoría se perjudica.
En este escenario la libertad de los individuos para intercambiar bienes soporta amenazas permanentes . Los individuos debemos aprender a luchar y defender esa libertad. Los resultados que hoy se observan en términos de prosperidad se explican por ciertas conquistas de esa libertad. Pero esa libertad cada tanto se encoge a tal extremo suficiente para fomentar el cultivo de grandes catástrofes sociales como la esclavitud del imperio Romano o el fascismo de los nazis.
Ese achicamiento sistemático del libre intercambio se ha llevado para siempre toda aquella porción de prosperidad como oportunidades desperdiciadas. Pérdida que hoy equivale a pobreza, hambre, miseria, e indigencia en el mundo. Esa pérdida, enorme, que consume la dignidad del hombre, es el costo por no creer, no confiar, y perturbar intencionalmente el libre intercambio. Esas severas restricciones a la libertad prevalecen aún hoy en nuestros días. Esas severas restricciones se llama proteccionismo. Ese Proteccionismo Trágicamente Inmoral.
Atte.
Juan Carlos Vera.
Buenos Aires, Argentina.
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