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viernes, octubre 29, 2021

Cualidad Monetaria de las Criptomonedas

Desde que Satoshi Nakamoto lanzó Bitcoin el 3 de enero del 2009, como un sistema de pago electrónico peer to peer, la demanda y diversidad de criptomonedas no ha parado de crecer. Este sistema de pagos no tiene antecedentes de usos en la historia de la humanidad. Antes del 2009 no existía y de repente surgió y comenzó a brindar servicios de pagos sin previamente haber participado en ninguna demanda no monetaria. En tal caso, su demanda total es íntegramente monetaria desde sus inicios en las actividades humanas. Las personas demandan criptomonedas con la intención de emplearlas como medio de pago en sus intercambios futuros.

La repentina irrupción de las criptomonedas en el mercado es una evidencia más, aunque no necesaria, del carácter praxeológico del origen de un medio de pago. Un medio de pago no surge por un decreto totalitario de la autoridad de gobierno, ni tampoco por un acuerdo voluntario entre las partes involucradas en interacciones sociales. No es un producto del diseño y la planificación social, sino que resulta de la procuración espontánea que las personas se hacen a sí mismas de un medio más intercambiable para mejorar el acceso a medios de satisfacción de necesidades en el futuro.Surge como un reaseguro para la dificultosa e incierta satisfacción futura.

El único valor posible de una criptomoneda es su valor de cambio. Dado que no hay otros usos que no sea el de ser intercambiada por otros bienes en el futuro, las personas demandan criptomonedas deliberadamente por su valor de cambio, el de estar disponible para hacer pagos cuando la provisión de sus necesidades así lo precisen. No es una demanda para constituir riquezas -en su forma de consumo o inversión productiva actual- sino una demanda estricta para incrementar las tenencias de un medio de cambio alternativo al dinero fiduciario, porque se lo considera un medio de cambio propiamente dicho y se espera un aumento de su poder de compra en el futuro.

Cada criptomoneda a la Satoshi reúne las condiciones para ofrecer un servicio como medio de cambio puro. Nada más se le puede exigir a un medio de cambio. von Mises lo dice en su definición: "...Un medio de cambio es un bien que la gente adquiere no para su propio consumo ni para empleo en sus propias actividades productivas, sino con la intención de intercambiarlo en el futuro por aquellos bienes que ellos quieren usar ya sea para consumo o en la producción..."

Una criptomoneda no es una cosa, no tiene contraparte material. Con una pieza de código abierto se establecen y administran bases de datos de pagos -de transacciones interpersonales de dominios sobre cantidades expresadas como registros electrónicos- alojadas en un sistema de ordenadores conectados vía peer to peer (p2p). Mediante este sistema se ofrece un servicio puro de medio de pago sin la intermediación de un objeto material portador del valor nominal del pago. No hay título material ni cosa material; sólo hay un dominio, una propiedad, sobre ciertas cantidades registradas electrónicamente.

El completo dominio o propiedad del título electrónico establece, per se, la completa disposición del mismo por parte de quien lo posee. Así se habilita la posibilidad de utilizar este título electrónico como medio de pago mediante una simple transacción electrónica de cambio de titularidad anónima, inmediata, gratuita y segura.

Como servicio de pagos, una criptomoneda ofrece el control total sobre la disposición a pagar mediante la transferencia de propiedad de ese título electrónico registrado en el sistema. La transacción de transferencia es un cambio de la titularidad y del control del título de modo que el receptor adquiere el dominio completo del mismo.Este proceso de transferencia se realiza a costo cero, de manera inmediata y sin intermediario entre el emisor y el receptor del pago.

Si bien el servicio de pagos ofrecido por una criptomoneda (a la Satoshi) es en general muy superior1, en todas sus prestaciones, a los servicios prestados por el sistema fiduciario tradicional, actualmente las criptomonedas no son el medio de pago habitual en la población. Salvo el carácter habitual, las criptomonedas en general reúnen las condiciones para convertirse en moneda. Sólo resta que las personas así lo entiendan y generalicen su empleo como medio de pago. Esta sería la única condición remanente según Mises: "...La moneda es un medio de pago. Es el bien más intercambiable que las personas adquieren con la intención de ofrecerlo en actos futuros de intercambios interpersonales. La moneda es algo generalmente aceptado y comúnmente utilizado como medio de cambio. Esta es su única función. Todas las demás funciones que se le atribuyen a la moneda son meramente aspectos particulares de su única función primaria, la de ser un medio de cambio..." De esta concepción es casi inmediato deducir la cualidad monetaria de las criptomonedas.


1 El sistema de pagos p2p a la Satoshi es autónomo y descentralizado, con la cantidad y emisión de dinero invariablemente establecida desde el origen. Mientras que el sistema fiduciario está dominado por un monopolio estatal que controla y emite dinero arbitrariamente. El sistema de Satoshi es resistente a la degradación política y estatal, es transnacional e inmune a las prohibiciones gubernamentales; la oferta y demanda de criptomonedas es de carácter estrictamente privado pues los gobiernos no tienen injerencia en ello.
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lunes, octubre 25, 2021

El Inevitable Poder de la Especulación

Cada acto humano, su conducta consciente intencional, es esencialmente especulativo. En cada acto la persona selecciona y aplica medios para alcanzar fines. Alcanzar esos fines es el motivo del acto. Cada fin buscado es algo que se espera ocurra en el futuro. Una especulación acerca de su ocurrencia. De esto se infiere la invariante movilidad especulativa del acto humano. Al ser humano lo mueve la especulación.

Esta regla general es especialmente relevante en los intercambios indirectos (intercambios interpersonales donde se intercambian medios de satisfacción por medios de cambio). Las personas intercambian medios de satisfacción por un medio de cambio en el presente para consumir o producir medios de satisfacción en un futuro más o menos inmediato. Estos medios de satisfacción se valoran previos a ser intercambiados y de allí se derivan las decisiones de adquirirlos o no, de comparar más o menos de ellos, de demandarlos u ofrecerlos. Las valoraciones de los medios de satisfacción siempre preceden a su oferta y su demanda efectiva. Estas valoraciones reunidas en el mercado y expresadas en términos de un medio de cambio (moneda) se reconocen como los precios monetarios de los medios de satisfacción (bienes económicos).

En la base de estas valoraciones se encuentra la historia reciente (pasado y presente) de los precios. No obstante, como los medios de satisfacción sólo generan satisfacción futura, el ser humano se ve forzado a especular respecto a los precios futuros de los mismos y actuar en consecuencia. En una economía monetaria (donde cada intercambio involucra al dinero) la especulación sobre los precios es una especulación dual sobre el valor de cambio (poder de compra) del dinero. Mises lo dice así: “...En la medida en que él cree que el futuro diferirá del presente y del pasado, él modifica sus valoraciones y apreciaciones. Esto no es menos cierto respecto a la moneda que respecto a todos los bienes transables. En este sentido se puede decir que el poder de compra de hoy es una anticipación del poder de compra del futuro…” Lo relevante es que las valoraciones actuales (de medios de satisfacción y medios de cambio) quedan determinadas tanto por su pasado y presente conocidos como por una especulación acerca de su futuro.

La especulación sobre los precios afecta a la demanda/oferta de dinero. La anticipación del poder de compra del dinero determina no sólo lo que una persona decide comprar o vender de cada medio de satisfacción sino también su tenencia total de efectivo o demanda/oferta de dinero. Si una persona espera un aumento en el precio de un medio de satisfacción (lo cual equivale a suponer una pérdida del poder del dinero para comprarlo) en el futuro, entonces adelantará las compras de ese bien y, consecuentemente, contraerá su tenencia actual de efectivo; en caso contrario, expandirá dicha tenencia postergando o reduciendo sus consumos.

Mises adelanta los efectos que la anticipación ocasiona sobre la demanda de dinero: “...En la medida en que tales anticipaciones especulativas se limitan a pocos commodities, ellas no provocan una tendencia general a cambiar las tenencias de dinero. Pero esto es diferente si las personas creen que se está en vísperas de un gran cambio en el poder de compra inducido por el dinero. Si las personas esperan que los precios monetarios de todos los bienes suban o bajen, ellos expanden o contraen sus compras, con lo cual contraen o expanden respectivamente sus tenencias de dinero actual…”

Mises también advierte sobre las consecuencias iniciales de la persistencia temporal de una tendencia alcista en los precios “...Pero una vez que el público está convencido que el incremento en la cantidad de dinero continuará sin cesar y que consecuentemente los precios de los commodities y servicios continuarán subiendo, todas la personas se vuelven ansiosas por comprar tanto como sea posible y contraen su tenencia de efectivo a un tamaño mínimo. Porque bajo estas circunstancias los costos incurridos por mantener la tenencia de efectivo aumentan por las pérdidas causadas por la progresiva caída del poder de compra. Las ventajas de tener efectivo deben pagarse con sacrificios que se consideran excesivamente gravosos…”

Adicionalmente, Mises advierte sobre el final catastrófico de esta tendencia. “...Eventualmente se alcanza una situación donde los precios a los cuales las personas estarían dispuestas a desprenderse de los bienes reales descuentan a tal punto el avance esperado en la caída del poder de compra que nadie tiene suficiente cantidad de efectivo disponible para pagarlos…” Este es el límite temporal del poder de compra del dinero: la aniquilación del sistema monetario. Llegado ese punto desaparece la moneda, la cual debe ser reemplazada por otro sistema u otro medio de pago.

Una tendencia anticipatoria inversa donde más y más personas estabilizan su tenencia de dinero provocará un incremento o estabilización del poder de compra lo cual lleva a establecer y fortalecer ese servicio fundamental ofrecido por un medio de pago: el de minimizar las fricciones (enormes asimetrías de intercambiabilidad) en los intercambios interpersonales de medios de satisfacción. Mientras más y más personas mantienen sus tenencias de efectivo, se consolida su uso como medio de pago, como moneda. Así se crea y sostiene una moneda mientras se estabiliza o crece su poder de compra.

Por la tendencia anticipatoria de la acción humana se crea una relación causal invariante entre la cantidad de dinero y el vértigo con el que éste circula en la población: la cantidad de dinero se vuelve la causa última de la creación/aniquilación monetaria. Basta que el público advierta el efecto de la emisión monetaria sobre su poder de compra, para que se generalice una tendencia anticipatoria hacia la creación o hacia la aniquilación del medio de pago. Este es el inevitable poder de la especulación.
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sábado, octubre 16, 2021

La Bestialidad del Control de Precios

Las autoridades del gobierno argentino, en su avanzada hacia un abierto socialismo/comunismo, han introducido últimamente un esquema de control de precios para una colección de más de mil productos. El gobierno adopta esta medida intervencionista con la excusa de detener la inflación. Desde luego, como cualquier control de precios, este intento totalitario terminará en un estrepitoso fracaso y muy probablemente sea la gota final que desate un frenesí hiperinflacionario al mismo estilo venezolano. Veamos esto desde la perspectiva praxeológica.

La sociedad argentina viene soportando un incremento crónico en el índice de precios por encima del 50% anual. Este incremento de precios está últimamente determinado por la permanente emisión monetaria del banco central y varias interferencias intervencionistas en el sistema financiero, productivo y comercial aplicadas desde el ejecutivo.

El Presidente Fernandez ha requerido del banco central el desembolso de 3 trillones de pesos ($3.000.000.000.000) para financiar el déficit en lo que va de su gobierno; hace esto por la imposibilidad de refinanciar su deuda externa y obtener nueva deuda en el mercado internacional. Adicionalmente, el gobierno argentino aplica: retenciones a las exportaciones agrícolas, impedimentos para girar dinero al exterior y trabas a las importaciones en general. Ahora, se da un paso adicional interviniendo por completo el sistema de precios. Una posta obligada en la carrera del socialismo bolivariano.

La desbocada emisión monetaria y la interferencia de intercambios internacionales es un ataque al corazón mismo de la economía de mercado, es un ataque dirigido al sistema de precios. Pero cualquier ataque al sistema de precios no tiene otro resultado que el de generar caos social y desidia económica en la población. Un descenso hacia el primitivismo económico. El control de precios es una conocida estrategia, empleada desde antaño por regímenes totalitarios, para generar desorden y así justificar más y más intervención gubernamental para debilitar el sistema de mercado. El sistema de precios suele ser el blanco cantado del socialismo. Pero se sabe que cualquier intento de controlar precios se vuelve un búmeran en contra del gobierno, precisamente porque los gobernantes ignoran la esencia misma del accionar humano: su conducta intencional.

Cada ser humano busca invariablemente obtener y aplicar una multiplicidad de medios para alcanzar determinados fines, de modo que ninguna necesidad que considera más urgente quede insatisfecha porque los medios disponibles se aplicaron a satisfacer necesidades menos urgentes. Esto constituye la esencia de la conducta intencional humana. El conocimiento esencial de que cada ser humano es consciente y actúa en consecuencia aplicando medios para alcanzar sus fines más buscados, es certero y absoluto.

Cada persona manifiesta esta conducta viviendo en sociedad, vinculándose con otras personas de forma tal que esa miríada de medios de satisfacción se producen e intercambian intensamente con el propósito de alcanzar la más completa satisfacción de esas necesidades más urgentes.

Cuando el proceso de producción e intercambio es voluntario, cuando la cooperación social se ejerce por iniciativa propia de cada persona, se van determinando las tasas de cambio entre estos medios de satisfacción, tasas expresadas como precios, salarios y tasas de interés, como intercambios de algo (cosa, servicio o momento) por moneda. Cada acto humano es consistente con estas tasas de cambio. Así queda establecido el fenómeno de mercado: la determinación de los precios. La tarea principal de la economía, de esta rama del conocimiento humano, es estudiar (analizar) el fenómeno de mercado, es decir la determinación (el análisis ) de las tasas de cambio (los precios) de estos medios de satisfacción y sus causas y consecuencias en la acción humana.

La verdad apodíctica sobre la acción humana constituye una pieza cognitiva muy potente porque permite obtener la completitud del conocimiento praxeológico y, consecuentemente, económico. Con absoluta certeza se sabe que ninguna persona hará voluntariamente algo que socave el principio fundamental de satisfacción de sus necesidades más urgentes. Un productor no puede pagar por un medio de producción un precio superior a su productividad porque ello le generaría pérdidas con el subsecuente deterioro de su estado de satisfacción, por lo que en último caso o se sustituye ese medio o se produce menos o no se produce. Una persona no intercambia un medio de satisfacción a precio inconsistente con su escala de satisfacción porque eso lo dejaría peor a la situación sin intercambio.

Cualquier interferencia del sistema de precios derivado del principio de satisfacción, no tiene otra consecuencia que empeorar el estado de satisfacción de las personas que viven en sociedad. Imponer precios mínimos o máximos, por ejemplo, siempre deteriora la producción e intercambio de bienes lo cual invariablemente significa menor riqueza, menor satisfacción; igualmente, la interrupción arbitraria del comercio internacional y del intercambio financiero nunca puede dejar mejor a los habitantes del país impedidos de negociar con el resto del mundo. Además del deterioro directo en el estado de satisfacción, estas interferencias provocan desabastecimiento, un desfase entre ofertas y demandas de bienes, porque desaparecen del mercado medios de satisfacción que los habitantes eligieron como prioritarios. Esto no puede significar algo distinto a incrementos generalizados de precios.

Este es el efecto búmeran del totalitarismo: el control de precios, descontrola los precios en una disparada hiperinflacionaria. No se puede controlar el sistema de precios. Los precios, de existir, resultan de la pura acción humana. La pretensión de controlarlos presupone eliminar la acción, lo cual es imposible en una economía de mercado. Eliminar la acción significa imponer un rampante socialismo, sin mercado, sin precios, sin moneda, donde un tirano es la única persona que decide y domina impartiendo instrucciones y órdenes mientras el resto recibe instrucciones y obedece. A un estado de cosas así de aberrante nos lleva la bestialidad del control de precios.
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jueves, octubre 07, 2021

Iniciativa Propia

En su batalla permanente por mejorar las condiciones de vida, la humanidad ha logrado dos inventos formidables: el primero es la producción indirecta (o intensa industrialización) y el segundo es el intercambio indirecto (o intensa comercialización). La producción indirecta se puede entender como la producción de más y mejores generadores de satisfacción recurriendo a la producción de más y mejores medios de producción mediante el emprendedurismo. El intercambio indirecto es el intenso comercio o intercambio de medios de producción y bienes finales mediante el monetarismo. Es innegable que la subsistencia y la prosperidad humana se sustentan invariablemente en estos inventos. De dónde se derivan, cual es el origen, de estos exitosos inventos.?

En un intento por entender los inicios de la vida social de los humanos, se suele mencionar a la caza y recolección autárquica como la condición de supervivencia que la naturaleza le impuso al hombre primitivo. Pero la misma condición humana como un ser dotado de conciencia y entendimiento, cualidades que lo distinguen del resto del reino viviente, da cuenta de que tales cualidades son apodícticas y absolutas: no hay estados intermedios entre la conciencia y no conciencia, ni entre el entendimiento y no entendimiento. Por esto la acción humana, la conducta intencional del ser humano, es también apodíctica y absoluta. Esta característica de la acción, pone en revisión aquella versión del primitivismo humano.

El humano "actúa" desde el mismo instante en que alguna bestia primitiva se transforma en ser humano. No hay estados intermedios de acción y no acción. Y en ese mismo acto inicial de la acción humana, surge la categoría de acción: iniciativa propia. La intención -el propósito- la implican. El hecho de que la iniciativa propia, al igual que la acción, se pueda reprimir por el ejercicio de alguna fuerza o poder externo, no la anula como categoría de acción. Dado que la acción es una categoría del entendimiento, de la mente humana, siempre existe la posibilidad de la acción humana por iniciativa propia si ésta no se reprime. La represión puede impedir a un ser humano de actuar por iniciativa propia pero ésta se restaura apenas la persona se libera de las fuerzas que lo someten.

Dado que el ser humano actúa desde que es humano, entonces no puede existir el hombre cazador recolector estrictamente aislado. Un estado de cosas en el cual un hombre, totalmente aislado de los demás, vive estrictamente de la caza y recolección es una construcción imaginaria que sólo sirve para entender la vida social real del ser humano. El mismo desafío de sobreponerse a las condiciones naturales de permanente escasez, lo conduce a construir lazos sociales para la subsistencia y la satisfacción. Y estos lazos se entretejen por medio de la producción e intercambios.

Es razonable postular que el ser humano, por iniciativa propia, se ve invariablemente impelido a producir excedentes de bienes para intercambiar por otros bienes y así hacerse de más y mejores medios para subsistir y vivir mejor. Esto lo deja a un paso de la producción indirecta y el intercambio indirecto, de la intensificación productiva y comercial, del desarrollo tecnológico y monetario. Por iniciativa propia -en su insistente desafío por más y más producción, con más y más intercambio- recurriendo al emprendedurismo y monetarismo, el ser humano logró inventar la industria y la moneda como sus canales principales para conducir la vida y la prosperidad. Es así como estos dos formidables inventos se derivan directamente de la Iniciativa Propia.
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lunes, octubre 04, 2021

El Método

Uno de los rasgos distintivos de la economía es el método desarrollado para el estudio del problema económico, el problema de elegir entre diversas alternativas de forma tal que ninguna necesidad que se considera más urgente quede insatisfecha porque los medios para hacerlo se destinaron a la satisfacción de necesidades menos urgentes. El método empleado para abordar el estudio de este formidable problema es el mismo método de la praxeología: las construcciones imaginarias. Veamos algunos detalles de este exclusivo método praxeológico.

Siguiendo a von Mises, "...una construcción imaginaria es una imagen conceptual de una secuencia lógica de eventos que evolucionan a partir de elementos de acción empleados en su formación. Es un resultado1, un producto deductivo últimamente derivado de la categoría fundamental de acción: el acto de preferir-descartar, aceptar-rechazar1, incluir, excluir1..." Según esta definición, al pensar un problema económico se debe recurrir a una imagen puramente mental (llena de abstracciones) de la acción real para de dicha imágen obtener deductivamente alguna enseñanza sobre la acción humana.

Este detalle metodológico da cuenta del carácter estrictamente lógico de la ciencia económica, carácter que se hereda de la cualidad invariable de la conducta humana: la intención, el propósito de sus actos capturado por la categoría fundamental de acción. La certeza cognitiva del punto de partida es la fuente de verdades apodícticas implícitas en la construcción imaginaria. El conocimiento que ella genera es absoluto, de validez universal; no es tentativo o circunstancial como el obtenido del método de las ciencias naturales.

von Mises sostiene: "...La praxeología, la economía en particular1, a diferencia de las ciencias naturales, no puede basar sus enseñanzas en experimentos de laboratorio y la percepción sensorial de objetos externos; la praxeología tuvo que desarrollar métodos totalmente distintos a los de la física y la biología. Es una enorme torpeza buscar analogías de construcciones imaginarias en el campo de las ciencias naturales. Las construcciones imaginarias no se pueden confrontar con la experiencia de cosas externas, ni pueden ser evaluadas en base a la experiencia. Su función es servir al hombre en un escrutinio que no puede depender de sus sentidos..." Concretamente, esta noción ratifica de qué no está hecha una construcción imaginaria: no contiene representaciones de objetos externos ni colecciones de datos empíricos.

Sabiendo que estas imágenes son productos deductivos derivados de la categoría fundamental de acción y que no representan objetos ni datos empíricos, es posible distinguir si un estudio particular es praxeológico o no, es económico o no. Una investigación que se basa en observaciones de eventos externos, un registro de los mismos, la elaboración de datos con experimentos estadísticas y el postulado de modelos que los expresa y describe, no es un estudio praxeológico ni económico. En último caso este sería un estudio histórico, un registro de lo que pasó a la vista de los sentidos y el interés de un observador particular. Si se dice ser económico, sería un intento esteril para conocer el verdadero problema económico.

von Mises agrega: "...La fórmula principal para diseñar una construcción imaginaria es abstraerse del funcionamiento de algunas condiciones presentes en la acción real. Así se está en posición de capturar las consecuencias hipotéticas de la ausencia de estas condiciones, para luego concebir los efectos de su existencia. Así se concibe la categoría de acción construyendo una imágen de un estado de cosas en el cual no hay acción, ya sea porque el individuo está completamente satisfecho o porque él desconoce una forma de proceder de la cual se espera una mejora en el estado de satisfacción..."

Otros ejemplos de construcción imaginaria son: el sistema de mercado puro que permite concebir los efectos de la compulsión y coerción, el socialismo que permite concebir la operación de una sociedad con libre mercado, el individuo totalmente aislado que permite concebir la acción como intercambio puro, el intercambio directo puro que permite concebir el intercambio indirecto, la indiferencia temporal del momento de la acción sobre la satisfacción que permite concebir el interés originario, el estado de equilibrio económico que permite concebir el estado permanente de insatisfacción, entre otros. Cada uno de ellos se elabora y sirve de la misma manera: abstrayendo la operación (el funcionamiento) de condiciones en la situación estudiada para de ahí inferir lo que ocurre en esa situación.

De la base conceptual del método se desprende que los estudios cuantitativos (matemáticos y estadísticos) no pueden ser estudios económicos. Las matemáticas y estadísticas no sirven para derivar enseñanzas económicas porque la categoría fundamental de acción es no matematizable y no medible. Ninguna expresión matemática o fórmula diferencial podrá expresar esa secuencia lógica de eventos derivados de aquella categoría fundamental de acción; ni tampoco lo hará una pila de datos estadísticos o históricos sofisticadamente ensamblados. Para las leyes de la economía, la causalidad emana del interior del ser humano y no puede establecerse desde el análisis numérico, cuantitativo. Así, el enfoque keynesiano, y sus variantes, no contribuye al conocimiento científico del fenómeno económico. Como tampoco lo hace cualquier otro enfoque distinto al praxeológico porque sus modelos no son construcciones imaginarias propiamente dichas.

Pero cuidado, el empleo de las construcciones imaginarias no es gratis ni neutral. Su aplicación puede tener elevados costos en términos de significancia y utilidad de sus conclusiones. von Mises lo advierte de esta manera: "...El es, por cierto, un método difícil de manejar porque puede fácilmente conducir a silogismos falaces. El se mueve por el filo de un doble desfiladero; sobre ambos lados yacen abismos de lo absurdo y lo ridículo. Sólo la despiadada autocrítica puede prevenir al hombre de una abrupta caída en estas profundidades abismales..." Hecha la salvedad, es atinado considerar El Método.


1 El contenido del énfasis está ausente en la fuente original y fue agregado por el autor de esta nota.
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