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viernes, abril 12, 2024

Sobre los Dominios del Hombre

Por alguna causa aún indescifrable, el hombre ha evolucionado desde una bestia primitiva, un esqueleto móvil que come y prolifera, hasta volverse un ser creador de sí mismo. El hombre no es un Dios, pero anhela serlo; no puede interpretar la mente de Dios aunque le gustaría hacerlo; no posee atributos divinos pero intenta tenerlos. Cómo es esto posible a sabiendas que el humano es, esencialmente, imperfecto?.

El camino hacia la divinidad humana no es algo diseñado o programado, sino una manifestación espontánea de su propia existencia así como lo es la manifestación espontánea de la vida misma. Espontánea quiere decir que las causas últimas de la manifestación son desconocidas o están ocultas e inaccesibles a la mente humana.

A lo largo de su corta historía biológica, inferior a 2 millones de años, el humano conquistó sólo dos aspectos importantes de su existencia: el movimiento y el lenguaje elemental. El hombre sabe cómo se mueve el mundo y cómo moverse en el mundo. El hombre registra y lo comunica todo mediante su lengua natural. Ha ocurrido de todo para conquistar estos logros.

La evolución humana está atravesada por el movimiento. La morfología homínida permitió aprovechar las ventajas del desplazamiento bípedo a la hora de alimentarse y ponerse a salvo del clima y depredadores. Un modelo biológico eficiente y exitoso. El hombre heredó esta ventaja y la usó para poblar distintos rincones del planeta. Pero ahí culmina el trabajo de la evolución por selección natural.

Seguidamente, entra en juego la conciencia y la inteligencia humana, atributo exclusivo de la especie. Para mejorar sus perspectivas de supervivencia, el humano se vio forzado a colonizar aspectos artificiales del movimiento que complementan las ventajas de la propia constitución morfológica: el transporte, la mecanización y la automatización.

Seguido al grosero trabajo morfológico de la selección natural, el dominio de estos aspectos artificiales fue el siguiente paso del peregrinar humano en su conquista del movimiento. El dominio del movimiento con máquinas puestas al servicio del desplazamiento, el sustento y la seguridad humana. Los desarrollos en matemática, mecánica, electrónica y de la física en general, permitieron crear máquinas más y más eficientes y efectivas controladas por diminutos y potentes procesadores. Máquinas y herramientas con capacidad para moverlo todo.

La esencia del movimiento se aloja en lo más pequeño. La consistencia material es cantidad de movimiento confinado. Dios hilvana la existencia hilando movimiento cuántico. Su entretejido es muy preciso y delicado, con entrenudos escondidos en rincones secretos o dimensiones desconocidas, casi inaccesibles a la conciencia humana. El humano utiliza esa tela para arropar sus máquinas que operan bajo ese manto cuántico. Los aparatos móviles son el mejor ejemplo de ello. Un celular funciona, porque la mecánica cuántica funciona. Sin saber bien de qué se trata, el hombre domina los movimientos cuánticos.

Actualmente lo sabemos casi todo sobre el movimiento. Conocemos sus leyes al femtómetro fm (10-15 metros) o al hodónmetro ℓp (10-35 metros). Sabemos cómo se mueven las partículas elementales, cómo se confina el movimiento de partículas sin masa como el fotón y el gluon y cómo se mueven partículas elementales masivas como el electrón, el neutrino y los bosones w-z.

Tenemos máquinas e instrumentos para inducir, crear u observar toda clase de movimientos. Y lo que es más impresionante aún, hoy es posible crear un robot que imite movimientos humanos casi a la perfección, bajo el auxilio de unidades cuánticas que procesan datos e información en tiempo real. Todo este logro constituye el primer gran dominio del hombre: el dominio del movimiento.

Pero el domino del movimiento mecánico, aunque impresionante, sólo tiene consecuencias muy limitadas sobre la trascendencia humana. La materia inerte per sé, es intrascendente. Se requiere añadir algún condimento, alguna facultad humana, para sazonar la mezcla. Hoy en día ese condimento es el lenguaje natural o, como yo lo llamo, lenguaje de orden inferior (L-1).

La facultad lingüística general forma parte de la estructura de la mente humana; no se aprende ni se cambia esta facultad, porque viene dada a priori. El hombre aprende lenguajes a lo largo de su vida pero no aprende ni modifica su facultad lingüística. A través de L-1, el humano registra y transmite conocimiento; usando L-1 las personas se comunican entre ellas. Este lenguaje le permite al humano actuar y moverse tal como lo hace. La ausencia del mismo degradaría al humano al nivel prehumano.

La conquista completa de L-1 se ha vuelto el segundo gran desafío humano. Desafío concluido con los avances en lo que se llama inteligencia artificial, una clase de inteligencia alcanzada con el modelo de red neuronal integrado por neuronas artificiales o neuronas matemáticamente construidas. Una red con neuronas artificiales adecuadamente configurada y entrenada posee la habilidad de aprender todo lo que el ser humano ha generado lingüísticamente con L-1; esto habilita la reproducción de enunciados de manera predictiva partiendo de una semilla lingüística que se ingresa a la red.

Un procesador lingüístico con estas características tiene el potencial de responder cualquier interrogante asistido por el aprendizaje de todo el conocimiento humano registrado. Una clase de oráculo universal. Este desarrollo ya alcanzado constituye el segundo gran dominio del hombre: el dominio lingüístico elemental.

Un androide asistido por un procesador cuántico dotado con el primer y segundo dominio humano (ML-1) tiene el potencial de imitar todo lo que el humano hace y dice con la misma naturalidad con que el humano se mueve y habla. Se crea una entidad que tiene exactamente las mismas cualidades, motrices y lingüísticas, del ser humano: el robot ML-1. Aunque ésta no es ni por cerca una réplica humana completa.

Un procesador completo requiere de al menos tres cualidades humanas adicionales: la razón, la voluntad y la emoción. Este sería un procesador ML-1RVE. Hoy por hoy, nadie sabe cómo completar este objetivo. Ningún desarrollo actual permite una réplica mecánica del lenguaje L0 o L1; nadie sabe cómo crear un procesador proposicional eficiente, para orientar los avances hacia el dominio de la razón. Mucho menos se sabe sobre el dominio de la voluntad y la emoción.

La voluntad y la emoción le dan a las personas la posibilidad de empatía intensa y amor humano. Quizás la facultad de amar a otras personas sea el último gran desafío imposible de imitar pues es algo en donde ni el lenguaje ni la razón y su lógica pueden ingresar. Es probable que la facultad de amar se vuelva el único dominio humano inconcluso. En tal caso, esa cualidad determinaría el carácter universal y permanente de la naturaleza del hombre.

Es probable que el humano nunca alcance un dominio total sobre sus facultades pero si algún día lo logra, entonces el hombre habrá dado el único paso trascendente de toda su existencia: el hombre se habrá transformado en un ente divino, un ente capaz de crear a su propio creador. El hombre se habrá convertido en su propio Dios, un Dios que tendría la facultad de crear al propio hombre tal cual la naturaleza o algún Dios lo creó. Tal singularidad cambiaría la naturaleza humana y con ello dejarían de existir los dominios del hombre.

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miércoles, febrero 28, 2024

La Élite Maligna

Tal como se dijo en el artículo precedente, por la ley de división del trabajo, las élites son inevitables en cada actividad humana. Siempre hay líderes que los demás tienden a seguir. Siempre hay alguien mejor preparada que el resto tiende a imitar. Cuáles son los alcances de este fenómeno de especialización? Hasta dónde llega? Existe una élite a nivel de la humanidad entera.?

La ley de división del trabajo garantiza su existencia. Entonces la pregunta relevante es si tal élite es benigna o maligna? Se sabe que tal liderazgo está por encima de todo orden político, económico, religioso o cultural dentro del planeta tierra. Deben existir ciertos líderes que observan y actúan a nivel de la humanidad toda. En correspondencia a tal liderazgo, la humanidad toda debe seguir sus ejemplos y recomendaciones.

Como todo liderazgo, el global no es ni bueno ni malo sino que responde a la misma naturaleza de la actividad subyacente. Por ejemplo el liderazgo político siempre es dañino porque la actividad política es esencialmente dañina: obtener satisfacción mediante recursos ajenos; sus líderes, los especialistas en robo, son eso, especialistas en cometer ese delito. No se le puede pedir nada bueno a los políticos! Lo mismo ocurre con el liderazgo del crimen organizado, entre los cuales el liderazgo político es uno de ellos. Dónde encuadra la actividad superior que involucra elecciones que afectan a todos los humanos.?

Si se considera que tal actividad es beneficiosa en el mundo, pues su liderazgo será beneficioso. Pero qué ocurre si la actividad es dañina? Qué ocurre si estos líderes superiores siguen un programa para dañar al ser humano? En tal caso ellos se considerarían los dueños del planeta; el planeta y todo lo que contiene es de su propiedad, por lo que ellos son quienes determinan el destino planetario que les beneficia.

Si estos líderes son los dueños de todo, pues las personas son sus súbditos. Entonces todo el orden económico, político, religioso o cultural subyacente es un orden circunstancial sólo funcional al programa superior de los líderes. Para estos líderes, que estarían operando su gran emprendimiento planetario, el planeta tierra, sus recursos y la población humana son medios para alcanzar sus propios fines.

Cuál sería el fin de estos líderes? Si ellos son dueños de todo, por qué no cierran las persianas? Por qué no aniquilan a todos los humanos y se quedan con los recursos terrestres para vivir eternamente ellos y sus generaciones futuras? La respuesta es muy simple: el planeta tierra per se no tiene escala productiva. Los dueños de la tierra necesitan acumular el suficiente conocimiento, la suficiente tecnología para hacer rentable su emprendimiento terrestre prescindiendo de los humanos. Lo que retrasa el ultimátum es la deficiencia cognitiva/tecnológica; superado este escollo, el destino de aniquilación humana estaría sellado.

Por qué sería beneficioso para el emprendedor global aniquilar a los humanos? Los humanos ocasionan muchos gastos, pues demandan alimentos, salud, educación, seguridad, esparcimiento y calidad de vida; casi que se consumen todo lo que ellos producen. Son revoltosos, violentos e impredecibles. Aunque ofrecen algo deseable. El subproducto remanente a toda la actividad humana es el conocimiento y la tecnología que se genera en el proceso de vida social. Y esto sería lo único que le interesa al emprendedor planetario.

Hoy por hoy son los humanos quienes generan esos conocimientos y esas tecnologías. Cuando estos componentes se independicen de los humanos, a juzgar por estos líderes, el recurso humano dejaría de ser necesario, por lo que su aniquilación sería no sólo posible sino algo beneficioso para la élite emprendedora. Si las hay, claro que esta es La Élite Maligna.

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lunes, febrero 05, 2024

El Origen de las Élites

La ley de hierro de las oligarquías es una teoría que viene de la política y fue propuesta por el sociólogo alemán Robert Michels a principios del siglo XX. La teoría sostiene que todas las formas de organización política, sin importar su origen, evolucionan hacia una estructura oligárquica. Es decir, el poder político siempre tiende a concentrarse en una élite. Este enunciado establecido por Michels se deriva de una ley más general que no sólo vale en la política sino en cualquier actividad emprendida por el ser humano: La Ley de la División del Trabajo.

La división del trabajo es una ley praxeológica fundamental, es la base de la cooperación, de la concertación de actos humanos. Ante la opción de cooperar y no hacerlo, a cada humano siempre le conviene concertar sus actos con otros humanos y dividir las tareas porque esto resulta mucho más productivo y eficiente que no hacerlo. La cooperación espontánea bajo la división del trabajo hace posible la especialización extrema, lo cual genera condiciones para obtener los mejores resultados y los máximos beneficios posibles en situaciones de escasez.

Bajo esta ley, cada actividad humana genera sus más diversas especialidades entre las cuales siempre aparece el liderazgo como una de ellas. El liderazgo es homnipresente. El liderazgo tiene sus especialistas, los líderes, detrás de los cuales se ordena toda la actividad subyacente. Si la actividad es espontánea y pacífica, sus líderes son pacíficos; pero si la actividad es violenta y coercitiva, sus líderes son violentos y totalitarios. Así opera la ley en la práctica.

Por ejemplo, la política, que es una rama de la acción humana, es una actividad violenta que consiste en extraer recursos de los demás de manera organizada para generar satisfacción; la política es el robo organizado mediante el estado. Es una actividad violenta y coercitiva. Por esto los líderes políticos son los más violentos y totalitarios de esa organización, y entre ellos compiten por el absoluto control de ese liderazgo que se llama monopolio de la compulsión y coerción. A partir de ese liderazgo se ordena burocrática e institucionalmente todo el proceso de extracción en tal extensión que cada persona queda inevitablemente alcanzada por la coerción y el robo.

Otro ejemplo es la guerra, otra rama concreta de la acción humana. La guerra es una actividad violenta en extremo, pues consiste en obtener recursos y riquezas anulando la vida y la propiedad de los demás. En la guerra hay dos bandos confrontados: el ganador que se queda con todo y el perdedor que lo pierde todo. La guerra es el logro de objetivos mediante la conquista o la muerte del otro. Por esto, los líderes militares no pueden ser pacíficos o contemplativos sino los más desalmados sanguinarios.

Un negocio, pacífico y espontáneo, tiene como propósito servir al otro generando satisfacción y ganando dinero. Ganar dinero satisfaciendo al otro no se logra mediante la violencia. Sus líderes no pueden ser coercitivos y violentos sino los más astutos negociantes que buscan y logran generar máxima satisfacción y máxima ganancia. Detrás de un buen líder de negocios se funda una gran empresa que hace ganar fortunas a sus dueños y a todos los que participan en esa actividad.

Así se puede enumerar ejemplos para cualquier actividad que uno imagine. Cada una de ellas, tiene liderazgos y líderes. Este universo de los líderes forman las élites. Cada actividad humana se encamina detrás de las élites. Pero las élites pueden ser beneficiosas o dañinas según la actividad sea beneficiosa o dañina en el contexto social.

El liderazgo en las organizaciones políticas1 descubierto por Michels es un liderazgo malo, un liderazgo totalitario, un liderazgo para el dominio y el sometimiento del hombre en sociedad. Los líderes políticos son líderes inmorales por el simple hecho de que cualquier organización política es inmoral, es éticamente injustificable. En la política como proceso, el político siempre busca extraer coercitivamente recursos del otro en beneficio propio. Esto conlleva a destruir la propiedad. La destrucción de la propiedad es inmoral, nada la justifica.

Cualquier violación a la propiedad, a aquello que puede lograr espontáneamente un hombre libre durante su vida en sociedad, es siempre injustificable. Si se admite esta violación, entonces se anula el derecho absoluto que posee una persona sobre su cuerpo y su mente. Este dominio es inapelable, nadie lo puede vulnerar. Por ello, es injustificable la violación de todo aquello que una persona puede derivar desde este dominio fundamental. Una sociedad en donde se respeta este principio praxeológico, es una sociedad pacífica y próspera.

En la práctica, las sociedades están atravesadas por actividades malignas. La política y la guerra son dos ejemplos de ello. En rigor, los líderes no son ni buenos ni malos, sino el fiel reflejo de lo que su propia actividad expresa en el contexto social. Una actividad organizada para robar o matar no puede generar líderes honestos o pacíficos; sus líderes serán ladrones o sanguinarios, respectivamente. Así lo fija la ley que determina el origen de las élites.


1La organización geopolítica es una de ellas.
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jueves, enero 25, 2024

Finanzas Libertarias

Una de las principales ventajas de vivir en libertad es que cada persona tiene la posibilidad de administrar sus propias finanzas. En una sociedad libre nadie está obligado a ceder, ante la coerción de un tercero, al elegir su camino económico. La sociedad libre se caracteriza por ausencia de coerción. A esto se le llama: respeto al proyecto de vida del prójimo. Esto lo distingue del modelo alternativo de sociedad, el colectivismo, en sus distintas variantes como socialismo, comunismo, estatismo, intervencionismo o totalitarismo, en donde se anulan la libertad y la iniciativa individual. Una sociedad libre es infinitamente superior a una sociedad colectivista; esto pasa, en alguna medida, porque las personas libres toman el control de sus propias finanzas personales.

En una sociedad colectivistas, predominan las finanzas del estado impuestas por la autoridad de gobierno; el gobernante determina un destino ruinoso para cada persona, anulando su protagonismo y libertades. Sólo los hombres de estado y sus socios totalitarios pueden imponer y administrar jugosos proyectos de explotación que los vuelve inmensamente ricos a cuenta del robo y la explotación humana. El colectivista se sirve a sí mismo explotando al otro. Este es el modelo de sociedad hoy impulsado por lo que se llama agenda 2030.

Pero en una sociedad libre siempre se desarrolla el mercado como el mejor sistema para ordenar la acción humana concertada. En el mercado el libertario se sirve a sí mismo sirviendo al otro. Ahí surge espontáneamente la mejor posibilidad para cada miembro de la sociedad; ahí se alcanza la mejor satisfacción de necesidades; ahí se obtiene el mejor resultado de la cooperación social; ahí se genera riqueza y prosperidad permanente; es ahí donde abundan las finanzas personales. En la práctica, ningún otro orden social supera al generado en el mercado. Por eso el mercado resiste todos los embates ideológicos, políticos y filosóficos.

La política, la extracción organizada de recursos ajenos para subsistir y prosperar a expensas de otros, se sostiene con las mieles derivadas del mercado. Sin la fuente de riquezas y prosperidad generadas en el mercado, no existiría ni la política ni los políticos ni los gobernantes. Por esto el político, el gobernante, se ha vuelto un parásito astuto que vive de la extracción de recursos que los demás generan en el mercado. La política es el robo organizado mediante el estado y los políticos/gobernantes son los ladrones de estado. Pero a la larga, el robo sistemático habilitado por el colectivismo estatal destruye las finanzas personales y degrada el desempeño del mercado.

El mercado genera un orden superior donde florecen las finanzas personales y se vuelve atractiva la vida en libertad, donde cada persona crea su propio destino. Cada proyecto de vida libre puede ser interpretado como un gran emprendimiento personal que beneficia tanto al emprendedor como a los demás y termina cuando el emprendedor lo decide o cuando otras circunstancias así lo determinan. Al finalizar el emprendimiento, se liquida todo su activo, se liquida el resto de lo acumulando a lo largo de su vida. El emprendimiento genera, además de beneficios al prójimo, la secuencia de activos que permite sostener los gastos del emprendedor.

En este sentido, un emprendimiento puede ser visto como una secuencia de activos (o capital) que en cada periodo resulta de agregar su rendimiento y descontar el gasto del emprendedor. Por ejemplo suponga que el emprendedor posee un activo original equivalente a 100 que rinde 15% y un gasto de 10 con inflación del 10%. Al final del primer periodo el emprendedor tendrá 115 de activo y 11 de gasto, por lo que el activo resultante será de 115-11=104. En este ejemplo se aprecia que el activo crece porque es elevado en relación al gasto y el rendimiento le gana a la inflación. ¿Bajo esta dinámica, sin otras contingencias, la vida útil del emprendimiento es infinita?. Veremos que no.

Si el activo disminuye desde el principio, puede ocurrir que el emprendimiento siga siendo la única posibilidad para el emprendedor. Por ejemplo si la inflación se desboca en un 60%, el activo al final del primer periodo queda 115-16=99 y el emprendimiento se autoliquida en 4 periodos, porque en ese tiempo se consume todo su capital. Generalmente, los emprendedores no tienen alternativa alguna mientras un proceso inflacionario o híper-inflacionario sin control aniquila los emprendimientos.

Un panorama general puede mostrarse permitiendo cambios en el capital inicial y el gasto inicial del emprendedor. En el siguiente cuadro se computa la duración del emprendimiento para distintos niveles de capital inicial y gasto inicial.

En la tabla1 el capital de partida es 100 y el gasto de partida es 10, el rendimiento del capital es 15% y la inflación del 10%. Se permiten incrementos sucesivos de 5% en capital y 4.5% en gasto; con esto se calculan los periodos correspondientes. Con el capital y el gasto de partida, la duración del emprendimiento es de 13 periodos. Si el capital aumenta un 20% y el gasto un 27% respecto a valores iniciales, entonces el emprendimiento dura 12 periodos; pero si el gasto no aumenta, entonces el emprendimiento dura 17 periodos.

Veamos un caso más real de un emprendedor argentino viviendo en libertad hoy en día. Suponga que el emprendedor dispone de un capital de partida de 7 millones de pesos, un gasto mensual de partida de 400 mil pesos, un emprendimiento que rinde en promedio un 10% mensual y una inflación mensual promedio de 5%.

En la tabla2 se muestra que, con los valores de partida, el capital se agota en 38 meses (unos 3 años); pero si el capital inicial sube un 15% (a $8.050.000), éste se agota en 5 años y medio. Aún más, si el gasto sube un 9% (a $436 mil), el capital nunca se agota (inf) al aumentarlo en o más un 35% (≥$9.450.000), lo cual bien equivale a un plan de retiro. Obviamente, esto puede ocurrir sólo en una situación libertaria de libre mercado. Bajo intervencionismo estatal colectivista, este cómputo libertario carece de significancia.

El resultado de infinitud (inf) se alcanza sólo si el rendimiento del proyecto supera a la tasa de inflación. Siempre que la inflación supera al rendimiento, la duración es finita; mientras que un proceso híper-inflacionario aniquila rápidamente cualquier emprendimiento.

Dado que la inflación crónica y la híper-inflación sólo ocurren por emisión monetaria y sabiendo que quienes emiten dinero falso son los gobernantes, entonces se concluye que los gobiernos son enemigos del emprendedor, los únicos aniquiladores de emprendimientos, el principal obstáculo para generar riqueza en sociedad. Los gobernantes y su colectivismo degradan cualquier sociedad.

En resumen, el mercado da soporte operativo a las finanzas del emprendedor. En general, la competencia permite filtrar emprendimientos productivos y mantener a raya los gastos. Un inversor invertirá sus ahorros en aquellas opciones de mayor rendimiento mientras sus gastos permanecen más o menos estables con precios competitivos. Es así como más y más emprendimientos se vuelven beneficiosos y duraderos. Es así como se genera y acumula riqueza y prosperidad en una sociedad libre.

Los valores de las tablas precedentes se computan mediante un algoritmo, que desarrollé ad hoc, denominado Algoritmo Libertarian. Con este algoritmo se puede computar la duración de cualquier emprendimiento y evaluar el desempeño general del mismo. Los resultados obtenidos con el algoritmo permiten resaltar la potencia de las Finanzas Libertarias.

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sábado, enero 06, 2024

El Creador De La Libertad Humana

La palabra Libertad es multipropósito. Se la suele emplear, a veces, en sentidos opuestos para justificar lo bueno y lo malo. En general expresa una cualidad humana deseable: el humano es libre. Y de aquí nace la confusión porque habilita interpretaciones arbitrarias generando la idea de que el humano es todopoderoso, alguien que puede hacer lo que se propone, ilimitadamente. Pero, en rigor, los actos humanos tienen alcances muy limitados, están acotados por varios frentes. ¿Cuáles son?

Hay dos aspectos complementarios del término: uno natural y otro praxeológico.

Desde la perspectiva natural, lo que le ocurre al humano suele ser liberador. La biología humana configura en sí un fenómeno liberador. Por ejemplo, la concepción es una manera mediante la cual los gametos sexuales escapan a la inexorable extinción que sufren sus contemporáneos. El nacimiento representa la liberación del medio gestante. El entrenamiento y la madurez habilitan la independencia del ceno familiar. Los logros personales y económicos permiten un cierto alivio de las fuerzas de la escasez.

Pero estos eventos son acotadamente liberadores. El humano, como todo lo que existe en nuestro mundo, queda sometido a la tiranía de las leyes naturales. La competencia biológica y las leyes de la física son implacables. Cualquier ser vivo debe superar todos los obstáculos biológicos para sobrevivir. Nadie puede violar la gravedad o las leyes fisicoquímicas. Las restricciones biológicas, físicas o bioquímicas son permanentes e inevitables. Ningún humano las puede saltar.

Esta liberación natural acotada se complementa con la liberación praxeológica, aquella derivada de la acción humana concertada. Las leyes praxoelógicas surgen y operan en el momento de la cooperación, al concertar actos humanos. Hay dos maneras posibles de concertar actos humanos: el modo espontáneo y el modo coercitivo. Ambos son voluntarios porque la voluntad atraviesa cualquier acto humano. El modo espontáneo se caracteriza por ausencia de coerción, es el voluntariamente más productivo y el único éticamente justificable. Cualquier tipo de coerción es injustificable.

Ludwig von Mises sostiene que “…para ser exitoso, el humano debe ajustar su conducta a las reglas praxeológicas…” de lo contrario queda condenado a los efectos de la injusticia y empobrecimiento permanente. La violencia y la coerción son enemigos de la prosperidad. Un orden prospero siempre es pacífico, no violento y espontáneo. Un ejemplo lo es el capitalismo, el libre mercado, en donde resaltan con claridad los beneficios de observar las leyes praxeológicas.

Dos leyes praxeológicas sobresalientes son la ley de la división del trabajo y la ética de la propiedad privada. La ley de la división del trabajo dice que es más productivo cooperar que no cooperar y que la cooperación espontánea supera a la coercitiva. La ética de la propiedad privada sostiene que la única ética justificable en sociedad es la ética de la propiedad privada, el estricto dominio propio sobre lo que se posee. Respetando estas dos leyes, junto a algunos aspectos que hacen a la paz en sociedad, es posible constituir civilizaciones prósperas, justas y duraderas.

Las leyes praxeológicas dan sentido social a la libertad. El humano se libera observando estas leyes porque la cooperación espontánea y pacífica lo vuelve más productivo y justo. El hombre actuando bajo estas leyes de cooperación se puede plantear desafíos impensados por generaciones pasadas y gestar nuevas generaciones de humanos preparados para enfrentar los nuevos retos para vivir mejor y prolongar su existencia. Estas leyes son la fuente fundamental de la liberación humana.

Si se compara la vida humana en las cavernas con las condiciones de vida actual, uno puede dimensionar la significancia e implicancia del invento del capitalismo, del libre mercado, que es pura praxeología en acción. En los últimos 200 años -gracias a este invento- el humano duplicó su longevidad, multiplicó por miles su capacidad productiva y su calidad de vida, dominó su propia inteligencia y colonizó el espacio exterior adyacente a la tierra. Algo que hace dos siglos nadie se lo imaginaba. El capitalismo, el libre mercado, hizo libre al ser humano. El libre mercado, el respeto irrestricto de las leyes praxeológicas, es el creador de la libertad humana.

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