Un Ser Libertario es política y metodológicamente individualista, en el sentido de que es sólo y exclusivamente el individuo quien piensa, valora, elige, y actúa. Sólo un individuo posee estos dones naturales. Un Ser Libertario tiene plenos derechos sobre si mismo y sobre todo aquello que le pertenece -aquellas apropiaciones que se derivan de aplicar sus plenas aptitudes naturales o aquellas apropiaciones que le son voluntaria o naturalmente obsequiadas-.
Un Ser Libertario rechaza toda clase de violencia salvo aquella violencia que lo protege de la violencia. Este principio libertario constituye “el imperativo de la no violación de derechos”. Solo la violencia puede proteger de la violencia debido a que los eventos violentos son ejecutados por personas, y es necesario violentar esa voluntad para que tales eventos no ocurran o sean reparados adecuadamente. Para un Ser Libertario la única función de la violencia es defender a los individuos de la violencia que los demás pueden ejercer sobre sus derechos -él y sus bienes-. Murray N. Rothbard sostiene que: toda violencia que va más allá de esta función protectora es agresiva, injusta, y criminal.
Todo -ad infinitum- le es permitido a un Ser Libertario salvo violentar a los demás individuos y sus propiedades. La libertad, y los derechos naturales derivados de ella, forma un infinito en sí; constituye una totalidad no enumerable. Los derechos implicados por la libertad no se pueden escribir en detalle, ningún ser terrestre puede detallar una infinitud, por lo tanto ningún hombre los puede crear. Ninguna regla, ninguna norma escrita, puede crear derechos. La regla o la norma sólo podrá servir para protegerlos y garantizarlos pero nunca para crearlos. Por ello, un Libertario sabe que ningún ser humano, ningún gobernante o legislador, está habilitado para crear y asignar los derechos mediante una norma o una ley.
El Libertarianismo es sólo una teoría política, o sea una parte de la teoría moral que trata sobre la función propia de la violencia en la vida social del hombre. Dado que la teoría política trata con lo que le es propio e impropio a un gobierno, y dado que un gobierno es la única institución de violencia organizada a tal fin, luego el Libertarianismo es una teoría que aborda el papel propio de un gobierno. Para un Ser Libertario, la violencia que aplica un gobierno no puede violentar a los individuos o sus propiedades. Cada vez que un gobierno impone algo coercitivamente que transgrede la función propia de la violencia no hace otra cosa que violar el principio libertario.
El Libertarianismo no tiene una teoría moral general o personal. Para el Libertarianismo cada persona es completamente libre de elegir su moral y se es Libertario siempre que se respete el imperativo de la no violación de derechos de los demás, siempre que se respete la absoluta inmoralidad de la violencia agresiva. Pero un Ser Libertario no puede imponer la creencia de este principio a los demás pues en tal caso se contradiría en sí mismo; cada individuo es plenamente libre de aceptarlo o no y así es o no un Ser Libertario. Un Ser Libertario jamas pretende anular o aniquilar a los No Libertarios porque elige voluntariamente convivir pacíficamente con ellos; si así no lo fuere, no sería un Libertario.
Para el Libertarianismo la libertad se encuentra en la cima de los fines políticos -fines del hombre viviendo en sociedad- aunque cada individuo la ubique en jerarquías distintas. Para un Ser Libertario los individuos son absolutamente libres para pensar, valorar, elegir, y actuar; nada, ni la misma moralidad, debe imponerse salvo la moral de la no agresión. Dado que la moralidad no se impone, entonces los hombres libres viviendo en sociedad no requieren de un guardián de la moralidad. Cada individuo es su propio guardián de su propia moralidad. Las personas que integran un gobierno no son guardianes morales, sino custodios de la libertad y la seguridad de las personas.
Esta noción Rothbardiana del Libertarianismo es completamente consistente con las características de la vida enunciadas por Bastiat. Bastiat fue un ferviente protolibertario. Según Bastiat, y así lo interpreto en una nota anterior, la vida del individuo queda determinada por su existencia, su libertad y su propiedad; anular o interferir alguna de estas componentes significa anular o interferir la vida misma del individuo. Por esto, garantizar la plenitud de una de ellas significa garantizar la plenitud de la vida. Para Bastiat al garantizar la plenitud de la vida de los hombres en sociedad se fomenta el orden necesario para crear riqueza y prosperidad indefinidamente, el orden necesario para cultivar la vida misma. Ese complejo, continuo, y fructífero orden emerge sólo al darse esta garantía.
En su versión Protolibertaria de Bastiat, los Libertarios enfatizan la libertad como el principio fundamental que garantiza la vida: el pleno ejercicio de las aptitudes de la personalidad del individuo constituye el garante de su personalidad y sus apropiaciones; Bastiat demuestra, a lo largo de toda su obra, que la vida del hombre se ve disminuida si se anula o interfiere su libertad. Los Libertarios eligen el imperativo de la libertad para caracterizar la vida porque es precisamente el deterioro de la libertad el objetivo elegido por los administradores de violencia agresiva y criminal (como los gobernantes de estado) para acomodar la vida social de los hombres a sus propios beneficios -beneficios que jamás obtienen de otro modo-.
Los violadores organizados disimulan su violencia agresiva atacando la libertad; los ataques directos a la existencia y a la propiedad son mucho más evidentes que las agresiones a la libertad; con los agravios a la libertad los violadores organizados anulan la vida de las personas, manipulan y redirigen las personalidades y las propiedades con el fin de apropiarse agresivamente de los frutos de la vida que sustraen de los demás. De ese modo se establece un pseudo orden que facilita y fomenta el robo, la agresión, la injusticia, y la criminalidad; y, lamentablemente, ese pseudo orden hoy está siendo, perversamente, fomentado y cultivado por gobiernos democráticos.
Los Libertarios saben que hay hombres buenos y malos; hombres que desean y practican el bien y otros que eligen la maldad; hombres de buenas y de malas intenciones para con sus pares en la sociedad; hombres pacíficos y hombres criminales; hombres sabios y otros no tanto. Esa variedad y diversidad forma parte de la naturaleza humana. Pero todo eso que es la naturaleza humana resulta completamente irrelevante para un Ser Libertario. Si hay algo que los Libertarios entienden es ese reinado de la diversidad que hace imposible la existencia de una sociedad pura y perfecta. En una sociedad convive toda esa diversidad de seres humanos.
Si los hombres agresivos toman el control de una sociedad, ellos aplican su agresión. Los Libertarios entienden que, para prevenir o reducir la agresión, una sociedad requiere instituir un orden social violento con la violencia agresiva. Los Libertarios entienden que el derecho natural a la vida sólo adquiere verdadero significado si está acompañado con el derecho a defenderla, preservarla, y cultivarla. De esto se deriva la función Libertaria del gobierno: el uso de la coerción o la represión para proteger a los hombres y sus propiedad de la violencia agresiva de los demás hombres. Un Libertario concuerda en principio con aquello enunciado por Albert Jay Nock "...el gobierno es un entendimiento y un acuerdo común en una sociedad con el único deseo de libertad y seguridad..."
Si un gobierno Libertario ha de existir éste debe concebirse como la institución de la violencia para protegerse de la violencia, y jamas suponer que sus hombres son probos. Suponerlos probos implicaría ceder el control para el reinado del mal. La diversidad del bien y del mal forma parte de la herencia social que recibe un gobierno: un gobierno está naturalmente integrado por hombres buenos y malos, tal como lo está cualquier organización humana, dado que la bondad y la maldad pueden coexistir en cada ser humano.
Para evitar que la maldad se apodere del gobierno, y ejerza así su agresión, es necesario enumerar lo muy poco que a los gobernantes les está permitido hacer como tal. Esa enumeración es lo que Bastiat denomina “Constitución”. Según la Constitución Libertaria del gobierno lo único que le está permitido hacer a los hombres que lo integran es usar la violencia para proteger a los hombres de la violencia agresiva, incluidos ellos mismos. A los hombres de gobierno se les retribuye por ejecutar, ni más ni menos, esta trascendental tarea social. Ningún otro poder le es propio ni delegado a un gobierno Libertario, siendo esta limitación funcional la única amenaza efectiva contra el reinado de la agresión.
Obviamente, para un Ser Libertario, la única forma exitosa de vida social de las personas es la plena libertad. Especialmente este imperativo Libertario significa que las personas deben quedar aisladas del control político -del control del resto de las personas-. Un Ser Libertario es dueño de sí mismo -no debe rendir cuentas a ninguna otra persona, incluida el gobierno, de sus asuntos personales-; toda invasión que un tercero hiciere a esa privacidad constituye una violación agresiva por lo que queda sujeto al acuerdo de represión. Por esto, la democracia se aparta del estándar Libertario ya que ella conduce a la deliberación y control de los asuntos privados de las personas. Se obtiene apriori que, si el sentimiento Libertario resultare predominante entre los miembros de una sociedad, cualquier democracia está destinada a fracasar porque es inconsistente con la supremacía Libertaria y la supremacía Libertaria implica el derecho a la autodeterminación de los miembros de una sociedad.
La supremacía Libertaria es, como lo estableció Bastiat, un principio absoluto. Para Bastiat, el hombre deposita su fe sobre el interés personal que es la "única" impronta natural para preservar y cultivar su vida; siendo este principio el que determina la libre acción del ser humano. La absoluta libertad es él ejercicio equivalente a la vida. Esa compleja regularidad que sostiene y promueve la vida del hombre sólo puede lograrse por el pleno ejercicio de las aptitudes obsequiadas por la naturaleza. La vida social de los hombres es abrumadoramente compleja como para que un hombre, o un grupo de ellos, pueda entenderla, manipularla, y controlarla exitosamente. Esa intervención no puede implicar otra cosa que pobreza, desesperación, agresión, criminalidad, y destrucción, dice Bastiat como si estuviera caracterizando a un Ser Libertario.
Un Ser Libertario rechaza toda clase de violencia salvo aquella violencia que lo protege de la violencia. Este principio libertario constituye “el imperativo de la no violación de derechos”. Solo la violencia puede proteger de la violencia debido a que los eventos violentos son ejecutados por personas, y es necesario violentar esa voluntad para que tales eventos no ocurran o sean reparados adecuadamente. Para un Ser Libertario la única función de la violencia es defender a los individuos de la violencia que los demás pueden ejercer sobre sus derechos -él y sus bienes-. Murray N. Rothbard sostiene que: toda violencia que va más allá de esta función protectora es agresiva, injusta, y criminal.
Todo -ad infinitum- le es permitido a un Ser Libertario salvo violentar a los demás individuos y sus propiedades. La libertad, y los derechos naturales derivados de ella, forma un infinito en sí; constituye una totalidad no enumerable. Los derechos implicados por la libertad no se pueden escribir en detalle, ningún ser terrestre puede detallar una infinitud, por lo tanto ningún hombre los puede crear. Ninguna regla, ninguna norma escrita, puede crear derechos. La regla o la norma sólo podrá servir para protegerlos y garantizarlos pero nunca para crearlos. Por ello, un Libertario sabe que ningún ser humano, ningún gobernante o legislador, está habilitado para crear y asignar los derechos mediante una norma o una ley.
El Libertarianismo es sólo una teoría política, o sea una parte de la teoría moral que trata sobre la función propia de la violencia en la vida social del hombre. Dado que la teoría política trata con lo que le es propio e impropio a un gobierno, y dado que un gobierno es la única institución de violencia organizada a tal fin, luego el Libertarianismo es una teoría que aborda el papel propio de un gobierno. Para un Ser Libertario, la violencia que aplica un gobierno no puede violentar a los individuos o sus propiedades. Cada vez que un gobierno impone algo coercitivamente que transgrede la función propia de la violencia no hace otra cosa que violar el principio libertario.
El Libertarianismo no tiene una teoría moral general o personal. Para el Libertarianismo cada persona es completamente libre de elegir su moral y se es Libertario siempre que se respete el imperativo de la no violación de derechos de los demás, siempre que se respete la absoluta inmoralidad de la violencia agresiva. Pero un Ser Libertario no puede imponer la creencia de este principio a los demás pues en tal caso se contradiría en sí mismo; cada individuo es plenamente libre de aceptarlo o no y así es o no un Ser Libertario. Un Ser Libertario jamas pretende anular o aniquilar a los No Libertarios porque elige voluntariamente convivir pacíficamente con ellos; si así no lo fuere, no sería un Libertario.
Para el Libertarianismo la libertad se encuentra en la cima de los fines políticos -fines del hombre viviendo en sociedad- aunque cada individuo la ubique en jerarquías distintas. Para un Ser Libertario los individuos son absolutamente libres para pensar, valorar, elegir, y actuar; nada, ni la misma moralidad, debe imponerse salvo la moral de la no agresión. Dado que la moralidad no se impone, entonces los hombres libres viviendo en sociedad no requieren de un guardián de la moralidad. Cada individuo es su propio guardián de su propia moralidad. Las personas que integran un gobierno no son guardianes morales, sino custodios de la libertad y la seguridad de las personas.
Esta noción Rothbardiana del Libertarianismo es completamente consistente con las características de la vida enunciadas por Bastiat. Bastiat fue un ferviente protolibertario. Según Bastiat, y así lo interpreto en una nota anterior, la vida del individuo queda determinada por su existencia, su libertad y su propiedad; anular o interferir alguna de estas componentes significa anular o interferir la vida misma del individuo. Por esto, garantizar la plenitud de una de ellas significa garantizar la plenitud de la vida. Para Bastiat al garantizar la plenitud de la vida de los hombres en sociedad se fomenta el orden necesario para crear riqueza y prosperidad indefinidamente, el orden necesario para cultivar la vida misma. Ese complejo, continuo, y fructífero orden emerge sólo al darse esta garantía.
En su versión Protolibertaria de Bastiat, los Libertarios enfatizan la libertad como el principio fundamental que garantiza la vida: el pleno ejercicio de las aptitudes de la personalidad del individuo constituye el garante de su personalidad y sus apropiaciones; Bastiat demuestra, a lo largo de toda su obra, que la vida del hombre se ve disminuida si se anula o interfiere su libertad. Los Libertarios eligen el imperativo de la libertad para caracterizar la vida porque es precisamente el deterioro de la libertad el objetivo elegido por los administradores de violencia agresiva y criminal (como los gobernantes de estado) para acomodar la vida social de los hombres a sus propios beneficios -beneficios que jamás obtienen de otro modo-.
Los violadores organizados disimulan su violencia agresiva atacando la libertad; los ataques directos a la existencia y a la propiedad son mucho más evidentes que las agresiones a la libertad; con los agravios a la libertad los violadores organizados anulan la vida de las personas, manipulan y redirigen las personalidades y las propiedades con el fin de apropiarse agresivamente de los frutos de la vida que sustraen de los demás. De ese modo se establece un pseudo orden que facilita y fomenta el robo, la agresión, la injusticia, y la criminalidad; y, lamentablemente, ese pseudo orden hoy está siendo, perversamente, fomentado y cultivado por gobiernos democráticos.
Los Libertarios saben que hay hombres buenos y malos; hombres que desean y practican el bien y otros que eligen la maldad; hombres de buenas y de malas intenciones para con sus pares en la sociedad; hombres pacíficos y hombres criminales; hombres sabios y otros no tanto. Esa variedad y diversidad forma parte de la naturaleza humana. Pero todo eso que es la naturaleza humana resulta completamente irrelevante para un Ser Libertario. Si hay algo que los Libertarios entienden es ese reinado de la diversidad que hace imposible la existencia de una sociedad pura y perfecta. En una sociedad convive toda esa diversidad de seres humanos.
Si los hombres agresivos toman el control de una sociedad, ellos aplican su agresión. Los Libertarios entienden que, para prevenir o reducir la agresión, una sociedad requiere instituir un orden social violento con la violencia agresiva. Los Libertarios entienden que el derecho natural a la vida sólo adquiere verdadero significado si está acompañado con el derecho a defenderla, preservarla, y cultivarla. De esto se deriva la función Libertaria del gobierno: el uso de la coerción o la represión para proteger a los hombres y sus propiedad de la violencia agresiva de los demás hombres. Un Libertario concuerda en principio con aquello enunciado por Albert Jay Nock "...el gobierno es un entendimiento y un acuerdo común en una sociedad con el único deseo de libertad y seguridad..."
Si un gobierno Libertario ha de existir éste debe concebirse como la institución de la violencia para protegerse de la violencia, y jamas suponer que sus hombres son probos. Suponerlos probos implicaría ceder el control para el reinado del mal. La diversidad del bien y del mal forma parte de la herencia social que recibe un gobierno: un gobierno está naturalmente integrado por hombres buenos y malos, tal como lo está cualquier organización humana, dado que la bondad y la maldad pueden coexistir en cada ser humano.
Para evitar que la maldad se apodere del gobierno, y ejerza así su agresión, es necesario enumerar lo muy poco que a los gobernantes les está permitido hacer como tal. Esa enumeración es lo que Bastiat denomina “Constitución”. Según la Constitución Libertaria del gobierno lo único que le está permitido hacer a los hombres que lo integran es usar la violencia para proteger a los hombres de la violencia agresiva, incluidos ellos mismos. A los hombres de gobierno se les retribuye por ejecutar, ni más ni menos, esta trascendental tarea social. Ningún otro poder le es propio ni delegado a un gobierno Libertario, siendo esta limitación funcional la única amenaza efectiva contra el reinado de la agresión.
Obviamente, para un Ser Libertario, la única forma exitosa de vida social de las personas es la plena libertad. Especialmente este imperativo Libertario significa que las personas deben quedar aisladas del control político -del control del resto de las personas-. Un Ser Libertario es dueño de sí mismo -no debe rendir cuentas a ninguna otra persona, incluida el gobierno, de sus asuntos personales-; toda invasión que un tercero hiciere a esa privacidad constituye una violación agresiva por lo que queda sujeto al acuerdo de represión. Por esto, la democracia se aparta del estándar Libertario ya que ella conduce a la deliberación y control de los asuntos privados de las personas. Se obtiene apriori que, si el sentimiento Libertario resultare predominante entre los miembros de una sociedad, cualquier democracia está destinada a fracasar porque es inconsistente con la supremacía Libertaria y la supremacía Libertaria implica el derecho a la autodeterminación de los miembros de una sociedad.
La supremacía Libertaria es, como lo estableció Bastiat, un principio absoluto. Para Bastiat, el hombre deposita su fe sobre el interés personal que es la "única" impronta natural para preservar y cultivar su vida; siendo este principio el que determina la libre acción del ser humano. La absoluta libertad es él ejercicio equivalente a la vida. Esa compleja regularidad que sostiene y promueve la vida del hombre sólo puede lograrse por el pleno ejercicio de las aptitudes obsequiadas por la naturaleza. La vida social de los hombres es abrumadoramente compleja como para que un hombre, o un grupo de ellos, pueda entenderla, manipularla, y controlarla exitosamente. Esa intervención no puede implicar otra cosa que pobreza, desesperación, agresión, criminalidad, y destrucción, dice Bastiat como si estuviera caracterizando a un Ser Libertario.
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