En respuesta al “Día de Acción del Blog” estoy escribiendo esta nota que espero sea al menos una minúscula contribución crítica sobre el tópico que preocupa en este día: los problemas ambientales en el planeta tierra. Presento a continuación mi modesta opinión sobre el estado del arte en este tópico.
Debo decir primero que como “Ingeniero en Recursos Naturales Renovables” he tenido la posibilidad de estudiar la biología y la dinámica de los sistemas vivientes y si algo me parece absurdo e inconsistente es el intento que se hace para colocar al hombre, con todo su accionar, fuera de este contexto biológico evolutivo. Me pregunto con frecuencia si el hombre ha adquirido, en este momento de su temprana historia, la suficiente habilidad y capacidad para destruir la vida en la tierra y, eventualmente, destruir su propio planeta?. Por fortuna, mi contundente respuesta es un enorme “NO”. La tierra ha sobrevivido a varios periodos catastróficos, como los que llevaron a la desaparición de los dinosaurios, y no me quedan dudas de que toda la energía almacenada como consecuencia de aquellos cataclismos nunca alcanzaría para destruir a la misma tierra, ni a la vida sobre ella. Por ello me resulta mas coherente pensar de que si es concebible una nueva catástrofe, esta o ha de provenir de las profundidades de la tierra o desde el espacio exterior que la rodea, y no desde las fuerzas del hombre.
Lo que hoy observamos como problemas ambientales es solo una consecuencia visible por no aplicar ciertos principios económicos. El hombre, a diferencia de otras especies vivas, es una bestia económico reflexiva. Dispone de la reflexión económica para administrar su vida. Ninguna otra especie hace esto. Ninguna otra especie piensa sobre su propia economía. Vulgarmente se entiende a la economía como “la administración de la casa”. Pero en sentido más estricto la palabra economía quiere decir “administración de unidades económicas” o de sistemas económicos. O sea el hombre está organizado en unidades económicas que debe administrar adecuadamente, si pretende sobrevivir y prosperar. El hombre sin economía es solo una bestia más, sin desmerecer el papel genético y evolutivo del reino animal en la historia de la vida.
El hecho de que se pueda reflexionar para decidir qué cosa resulta mejor hacer, cómo y donde asignar sus recursos escasos, y qué objetivos merecen la pena atender con prioridad, hacen al problema central de la economía: asignar recursos escasos entre usos alternativos para alcanzar ciertos fines deseados. El hombre casi siempre está haciendo esto. Y, a mi juicio, parte de esto “no” se hace con el ambiente. O sea el ambiente, por alguna causa, ha quedado afuera del problema económico. Esto quiere decir que buena parte de las preocupaciones que involucran al ambiente como la contaminación de la atmósfera, el deterioro del suelo y del agua, la pérdida de bosques y biodiversidad, y la destrucción de los paisajes naturales, son aspectos relevantes del problema económico que han sido sistemáticamente ignorados hasta hoy.
Con un pequeño esfuerzo mental uno puede aceptar la idea que, para la economía, se tienen bienes ambientales de igual manera a que se tiene otro tipo de bienes, como la salud, la educación, la seguridad, la defensa, los alimentos, la vestimenta, etc., que utiliza el hombre para satisfacer sus necesidades y obtener bienestar. Estos bienes ambientales comprenden todo lo relevante a la problemática ambiental. El hecho de que se haya ignorado el costado económico de “escasez” de estos bienes ambientales ha contribuido a generar gran parte de los problemas ambientales hoy vigentes. Al ignorar el principio de escasez, los bienes ambientales se adoptan como abundantes, con precio igual a cero, hecho que llevó a sobreutilizarlos de manera permanente a lo largo de unos 2 millones de años de evolución de nuestra especie. Los efectos de esta sobreutilización acumulada son hoy mas visibles y evidentes, y nos hace preguntar una y otra vez: ¿por qué los bienes ambientales tienen un precio igual a cero?.
Ha llegado el momento de ponerle un precio a los bienes ambientales. Y la mejor forma de hacerlo ya sabemos cual es: usando el mercado. Es casi una obligación introducir el mercado en el ambiente. O dicho menos agresivamente: es necesario fomentar el establecimiento y desarrollo de mercados para los bienes ambientales. Mercados en los cuales se le ponga un precio adecuado al ambiente. Es probable que esto, por si solo, no resuelva la problemática ambiental pero con seguridad sentará las bases para lograr una utilización más eficiente y justa del ambiente: quien use el ambiente, pagará por hacerlo. Esto, sin dudas, impactará en la producción mundial y, por ende, en el gasto agregado mundial. Obligará a rediseñar los negocios, a crear y adoptar nuevas tecnologías para ganar eficiencia y productividad. Y mejorará la distribución de los ingresos en el mundo.
Finalmente, agrego una lista de algunos artículos que escribí en este Blog y que tratan sobre la problemática ambiental:
http://eaglespp.blogspot.com/2007/09/economa-del-calentamiento-global.html, http://eaglespp.blogspot.com/2007/04/hacia-el-etanol.html, http://eaglespp.blogspot.com/2007/03/etanol-y-biodiesel.html, http://eaglespp.blogspot.com/2006/05/economa-para-la-evaluacin-ambiental.html, http://ar.geocities.com/eaglespp/wpapers/economia-ambiental.pdf.
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