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domingo, diciembre 08, 2019

El Origen de la Pobreza

Hace un poco más de 200 años, en el mundo habitaban como 1 Billón (=1.000.000.000) de personas. En ese entonces, más del 95% de la población vivía en condiciones calamitosas, de tal manera que una gran mayoría estaba condenada a morir de hambre o por alguna enfermedad, a muy temprana edad. En aquel mundo, sólo el 5% restante podía apenas alimentarse adecuadamente y sobrevivir. Pero, en medio de esa situación extrema para la especie humana, esos mismo pobres casi muertos de hambre inventaron el capitalismo: se organizaron de manera espontánea para cooperar, producir e intercambiar sus productos masivamente entre todos ellos. Es decir, lograron establecer un orden económico voluntario, autónomo, descentralizado y pacífico para producir más y más bienes para más y más personas. El capitalismo fue, desde entonces, algo así como el mejor invento de los pobres para salir de la pobreza.

Con 200 años de capitalismo, el ser humano logró multiplicar por 8 la población mundial y reducir la pobreza a menos de un 5%. Pero no solo eso, la gran mayoría de este 5% de pobres, hoy en día goza de ciertas comodidades que serían la envidia más intensa de cualquier monarca de hace dos siglos. Es decir, el éxito del capitalismo en términos de subsistencia y calidad de vida es, literalmente, abrumador.

A pesar de este éxito indiscutible, ya entrado el siglo XXI, sobresalen varios países en los cuales la pobreza parece ser un fenómeno más que recurrente sino persistente entre sus habitantes. En varios países de África y Latinoamérica, la pobreza supera por lejos el 5%. Por ejemplo, Argentina lleva más de una década con el 30% de su población bajo la línea de pobreza y en el último año la pobreza escaló al 40%. ¿Qué ocurre entonces? ¿Está fallando el capitalismo? ¿El capitalismo sólo funciona en algunas sociedades? ¿Algún factor ajeno obstaculiza los logros del capitalismo en estos países empobrecidos?

La evidencia histórica, nos informa que el capitalismo no falla sino, por lo contrario, aquellos países que durante el siglo XX abandonaron sus métodos coercitivos/totalitarios (comunismo/socialismo) superaron sus problemas de miseria y pobreza incorporando métodos capitalistas, como es el caso de Rusia, China, los países de Europa del Este, etc. Por otro lado, el sentido común indicaría que no puede fallar un invento exitoso de los pobres para salir de la pobreza.

Pero, más allá de los datos y la intuición, el enfoque apropiado para abordar este problema es conceptual. Corresponde buscar una interpretación praxeológica de la pobreza. Desde el punto de vista práctico, de la acción humana, el capitalismo es un sistema de cooperación pacífica voluntaria de división del trabajo, bajo la propiedad privada de los medios de producción. Esta idea es una definición de capitalismo o definición de economía de mercado. Tal definición puede arrojarnos una pista de lo que está ocurriendo en los países hoy pobres o empobrecidos.

Esta noción de capitalismo, nos revela implicancias praxeológicas trascendentes. En principio, se puede enunciar a priori que una sociedad basada en el capitalismo nunca fracasa si se respetan sus leyes praxeológicas. Pasa que esas leyes no son tan evidentes, están escondidas, agazapadas en el mismo esquema de cooperación. Estas leyes, como las de la naturaleza, no están escritas sino implícitas en ese propio orden descrito por la noción de capitalismo: cooperación con división del trabajo voluntaria, descentralizada y pacífica, bajo propiedad privada de medios de producción. Sin expresarlas, veamos cómo operan estas leyes según esta noción.

Si la división del trabajo se obstaculiza con regulaciones salariales, prohibiciones, impuestos al trabajo, proteccionismos, etc, claramente tal división deja de ser voluntaria, autónoma, descentralizada y pacífica sino que se vuelve coercitiva, manipulada centralmente y violenta. Si se alteran los márgenes dentro de los cuales las personas pueden elegir pacífica y respetuosamente entre modos de acción alternativos, pues entonces estas personas no son libres y pierden su autonomía. Si permanentemente se restringen los derechos de propiedad mediante regulaciones e imposiciones tributarias sobre bienes, ingresos y riquezas pues los medios de producción dejan de ser privados y se vuelven propiedad del gobernante.

Todas estas intervenciones externas sobre el sistema de cooperación capitalista, no son violaciones a las leyes praxeológicas pues éstas, al ser leyes, no se pueden violar. Estas intervenciones equivalen a inobservancias de las leyes, lo cual tiene como consecuencia un deterioro en la capacidad del orden cooperativo capitalista para producir bienes y generar prosperidad. Así se empuja a toda la sociedad desde una mejor hacia una peor condición para cooperar; se empuja a toda la población a un estado más primitivo de orden social, lo cual se manifiesta, principalmente, con un aumento en la pobreza.

No es el capitalismo lo que falla, ni tampoco las sociedades que lo rechazan. Es la intervención coercitiva sobre el capitalismo lo que genera pobreza. Tal como dijo Ludwig von Mises: el gran obstáculo de la civilización contemporánea para prosperar es que tiene intervenido su capitalismo. Los gobernantes, en lugar de proteger y promover el orden capitalista, lo obstaculizan. Tenemos un capitalismo permanentemente intervenido por los gobernantes y, he aquí, El Origen de la Pobreza.

1 comentario:

Fernando Rassiga dijo...

Muy buena la nota Juan. Interesante lo que me haces ver, que las leyes praxeológicas no se pueden violar, se pueden ignorar, pero tiene consecuencias sobre la cooperación social y la prosperidad. Me pregunto ¿por qué los gobernantes las ignoran? ¿Por qué obstaculizan el orden capitalista?
Me buena también la definición de capitalismo como un invento exitoso de los pobres para salir de la pobreza. El que entiende esta frase, entiende al capitalismo y también puede entender por qué se obstaculiza.
La reacción al capitalismo fue el socialismo. El socialismo es un invento exitoso de la oligarquía para generar pobreza y recuperar el poder perdido con la burguesía.
Saludos, FR