Mucho se ha dicho sobre la crisis que atraviesan actualmente las finanzas y la economía mundial. Se sabe que un aislado pero virulento desorden moral que surgió en el mundo de las finanzas bancarias, se agudizó, migro hacia las finanzas personales y luego se propagó desde los bancos y las familias al resto de los sectores productivos de las economías. Una combinación altamente reactiva conformada por bancarios inescrupulosos, consumidores y familias aturdidas, y gobiernos corruptos y tullidos, finalmente se atizó desencadenando naturalmente una reacción en cadena que incinera todo cuanto se le cruza.
Según estimaciones propias de continuar el deterioro a modo de fenómeno cíclico autodestructivo, cosa que hoy se llama recaída o segunda vuelta, el valor presente de los costos económicos de la crisis podría ascender al orden de los cuatrillones de dólares (unidades, decenas o centenas seguidas por 15 ceros) algo así como 1000 veces el PBI anual de Brasil.
También mis propias estimaciones indican que los costos de un eventual rescate mundial de bancos e hipotecas rondaría el orden de los trillones de dólares, o sea varias decenas el PBI anual de Brasil. Desde luego, aplicar fórmulas proteccionistas e intervensionistas generalizadas será el veneno perfecto para liquidar toda la economía mundial. Por lo tanto, cualquier práctica resolutiva tendrá que ser consensuada globalmente para implementar de inmediato el libre comercio mundial. El libre comercio ha dejado de ser una opción para volverse un paso obligado en la evolución económica de las naciones. Ojalá que esto se entienda así.
Además de efectos malignos sobre el agregado económico mundial, las víctimas de la crisis tienen nombre y apellido. Resultarán afectadas especialmente las finanzas personales y seguro que aumentará rápidamente el desempleo. Por ejemplo nuevos datos sobre el empleo en la economía americana indican que la tasa de desempleo puede trepar al 10% en los próximos meses. El impacto negativo se sentirá especialmente en las finanzas públicas por lo que disminuirán los recursos disponibles para atender servicios sociales en países mas pobres.
Desde luego, no es necesario vivir una crisis para darse cuenta de lo que debe hacerse en materia de política económica y comercio internacional. Pero en este caso, dado el estado de los vínculos internacionales actuales, esta crisis económica y financiera ayudará a despejar el camino para políticas futuras robustas. Este fenómeno luce parecido a la evolución conjunta de lo malo y lo bueno, del antígeno y el anticuerpo, de la enfermedad y la cura, de los riesgos y las certezas.
Desde ahora, una burbuja generalizada de precios se reconocerá como señal de que algo anda mal. Un problema que requiere corrección inmediata. Ha quedado claro que el desarrollo de intercambios mundiales debe ir acompañado por correspondientes instituciones mundiales que los preserven. Gobiernos y economías individuales están sentadas en el juego de la comunidad mundial y tendrán que resignar mucha de su discrecionalidad dándole cabida al emergente poder institucional global.
En el futuro cercano el nuevo mundo no cobijará gobernantes autoritarios y todopoderosos. No queda lugar para los tiranos. Se acabó la herencia de la edad media. Quedarán aislados, llevando indigencia a su gente, estilos tipo Chávez, Morales, Fidel, Ortega y Correa. Sus ejemplos son el ejemplo de lo malo, tan malo que ante el menor indicio de una crisis dejaron de recibir recursos del progreso capitalista generando miseria en sus pueblos. Solo por ello, eso mínimo que se rescata de la presente crisis, es que uno puede ver algo bueno de lo malo.
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