Muchas veces he reflexionado sobre mi país en el cual me gustaría vivir. La respuesta no parece trivial y cada vez que la busco aparecen cientos de imágenes entremezcladas e impregnadas de sueños y racionalidad fáctica como aquel último rincón que debo inspeccionar. Es este aparente desorden, caótico, el lugar apropiado para buscar la respuesta?. Sinceramente no lo se. Solo una clase de instinto me lleva a confiar en que el país de mis sueños es "el" mejor país.
Estoy seguro de lo que "no" quiero. No me gusta la Argentina de hoy. No me parece apropiado que delincuentes, mafiosos y guerrilleros asesinos, sean quienes nos gobiernen. No creo que ellos tengan las mejores intenciones y la mejor materia gris para decidir por el destino de todos los argentinos. Estos señores, impulsados y apañados por gobernantes mas visibles, se apropian de ministerios enteros para, desde allí, montar cuarteles y pilotear políticas que favorecen a los suyos y desviar recursos para financiar actividades ilícitas como el terrorismo.
Las personas de bien que han hecho las cosas por derecha que han participado y ganado por mérito un concurso público que han estudiado toda la vida y han alcanzado un cierto nivel de excelencia, fueron desplazadas de todos aquellos lugares y cargos en donde lo delictivo es evidente. De este modo estas personas de bien, por el solo hecho de formar parte de la administración pública, se transforman en encubridores involuntarios del accionar de matones y delincuente que gobiernan. Las personas de bien están, pero ellas no hacen las decisiones que luego se practican. Esto es muy fácil de verificar con un sencillo procedimiento de muestreo que hasta un solo individuo puede ejecutar.
No todo está perdido. Afortunadamente Argentina "no" es Cuba. Tampoco es Venezuela, ni Bolivia ni Ecuador. El cambio se viene por el lado político. Los argentinos no vamos a tolerar que el 22% ponga a un tirano para que nos gobierne. No vamos a tolerar la fragmentación que a ellos los mantiene en el poder. Los argentinos necesitamos poner un nuevo presidente con mas del 50%, probablemente en el 2011. Tal Presidente y su gabinete debe ser el mejor, con las direcciones de la administración gubernamental regida por la inteligencia y el mérito.
Ese cambio que la mayoría espera ya ha empezado. Este inicio quedará ratificado socialmente cuando más del 60% de los ciudadanos porteños nos pronunciemos para que la administración del Ingeniero Mauricio Macri dé el puntapié inicial que pondrá a nuestro país en el rumbo de las transformaciones en "pro" del bienestar y la riqueza de todos los argentinos. A él deberemos acompañar para luego soñar en un país millones de veces mejor y que me gusta llamar "nuevo mundo".
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