Ser un emprendedor no es tarea sencilla. Lo tiene casi todo en su contra. Y ser exitoso lo es más difícil aún. Un emprendedor soporta toda la incertidumbre del negocio, la competencia con otros emprendedores, y la escasez de recursos que demanda su emprendimiento. Pero el principal obstáculo se deriva de las presiones políticas y de los malos gobiernos. Las decisiones político-gubernamentales, y su entorno de beneficencia, se encargan de anular a los buenos emprendedores, y con ello destruir los mejores emprendimientos. En este contexto se promueve y establece la cultura, endémica, del capitalismo de amigos que condena a toda la sociedad hacia su destino final de fragilidad, pobreza, y servidumbre. ¿Cómo escapar de este atolladero?.
Los políticos, con sus políticas y acciones de gobierno, son muy hábiles montando toda una oleada de interferencias en el mercado y en la vida social hasta lograr que la mayoría de las personas se vuelvan dependientes de sus programas. Su mega programa es uno de manipulación y sometimiento para mantenerlo todo bajo su beneficioso control. Al aplicar sus políticas, los gobernantes deben echar mano a un plan de financiamiento que contempla: emisión monetaria, manipulación de la tasa de interés, incremento del gasto público, incremento de impuestos, más endeudamiento público, incumplimiento de obligaciones de deuda, y confiscación de propiedad privada. Siguiendo este camino, los gobiernos se vuelven más grandes, más poderosos, mas coercitivos, más represivos, y más influyente en lo que cada individuo hace.
Así es como los gobernantes edifican el principal paredón en donde se aniquila, entre otros, al libre emprendedor. Con el paso del tiempo estos gobernantes se vuelven más y más influyentes, mientras los emprendedores desaparecen por completo de la escena económica y social. El corolario es que a nadie le interesa ser un emprendedor, ni mucho menos uno bueno. Lo que queda es una miríada de falsos negocios montados a la luz de favores y mandatos gubernamentales. Aunque no nos damos cuenta, los gobernantes, y sus amigos, se vuelven dueños de casi todo, hasta de nuestras vidas. Nos hacen creer que asistiendo a las urnas para votar cada 4 años, elegimos gobernantes honestos y benevolentes; nosotros mismos entronamos a verdaderos estafadores y explotadores que se vuelven nuestros asesinos silencios.
El callejón en el que está entrampada la sociedad contemporánea no tiene salida elegante. Queda optar por una ruptura drástica del esquema de gobierno. Dado que el origen de este mal se deriva de la misma existencia del sector público, entonces la única salida significa la completa desaparición del sector público tal como se lo conoce hasta hoy. Imagine un orden social donde no existe ni manipulación monetaria, ni amenazas gubernamentales, ni obligaciones impositivas, ni riesgos confiscatorios, etc. De eso hablaré en la próxima nota, exponiendo los detalles para ese cambio completo que allanará, entre otras cosas, el camino hacia una próspera y pacífica Sociedad Con Emprendedores.
Los políticos, con sus políticas y acciones de gobierno, son muy hábiles montando toda una oleada de interferencias en el mercado y en la vida social hasta lograr que la mayoría de las personas se vuelvan dependientes de sus programas. Su mega programa es uno de manipulación y sometimiento para mantenerlo todo bajo su beneficioso control. Al aplicar sus políticas, los gobernantes deben echar mano a un plan de financiamiento que contempla: emisión monetaria, manipulación de la tasa de interés, incremento del gasto público, incremento de impuestos, más endeudamiento público, incumplimiento de obligaciones de deuda, y confiscación de propiedad privada. Siguiendo este camino, los gobiernos se vuelven más grandes, más poderosos, mas coercitivos, más represivos, y más influyente en lo que cada individuo hace.
Así es como los gobernantes edifican el principal paredón en donde se aniquila, entre otros, al libre emprendedor. Con el paso del tiempo estos gobernantes se vuelven más y más influyentes, mientras los emprendedores desaparecen por completo de la escena económica y social. El corolario es que a nadie le interesa ser un emprendedor, ni mucho menos uno bueno. Lo que queda es una miríada de falsos negocios montados a la luz de favores y mandatos gubernamentales. Aunque no nos damos cuenta, los gobernantes, y sus amigos, se vuelven dueños de casi todo, hasta de nuestras vidas. Nos hacen creer que asistiendo a las urnas para votar cada 4 años, elegimos gobernantes honestos y benevolentes; nosotros mismos entronamos a verdaderos estafadores y explotadores que se vuelven nuestros asesinos silencios.
El callejón en el que está entrampada la sociedad contemporánea no tiene salida elegante. Queda optar por una ruptura drástica del esquema de gobierno. Dado que el origen de este mal se deriva de la misma existencia del sector público, entonces la única salida significa la completa desaparición del sector público tal como se lo conoce hasta hoy. Imagine un orden social donde no existe ni manipulación monetaria, ni amenazas gubernamentales, ni obligaciones impositivas, ni riesgos confiscatorios, etc. De eso hablaré en la próxima nota, exponiendo los detalles para ese cambio completo que allanará, entre otras cosas, el camino hacia una próspera y pacífica Sociedad Con Emprendedores.
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