Mrs. President, CFK, today took on national television chain: "... if all pull to the same side, we would be much better ...". I want to remind Mrs. CFK that even a team of oxen pulling in no unison, although the team are chained to a plow, are blindfolded, and are hit by a guide.
This lady would love to do that role from that guide. Luckily for us, and unfortunately for her, several people of this country are not cattle, we think very differently from each other, not pulling on the same side, and it is precisely this human behavior our salvation from serfdom lying on rotten mind of the rulers ...
Atte.
Juan Carlos Vera. Buenos Aires, Argentina.
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lunes, mayo 10, 2010
Pull to the Same Side...?
sábado, mayo 08, 2010
Nueva Crisis Económica Mundial
Políticos, economistas y muchos divulgadores populares, guiados por el sentido común e inducidos por distorsionadores profesionales, han adoptado una errónea idea sobre las causas del desempleo y por lo tanto sobre los medios e instrumentos para intentar restaurar el pleno empleo. Ellos viven encantados bajo la ilusión del mecanicismo económico Keynesiano: más demanda agregada=>más empleo=>menos desempleo. Creen que el desempleo es un problema de demanda agregada. Esta implicación mecánica es tan groseramente irrelevante para la economía como lo es para la física sostener que el movimiento de un automóvil se debe al cambio de posición en la ruta. Más allá de lo ridículo, uno debe lamentar las consecuencias destructivas, para la prosperidad, ocasionadas por todas aquellas políticas diseñadas y aplicadas en base a esta teoría errónea. Quiero expresar algunos argumentos que ayuden a desterrar esta noción platónica de la economía. Print pdf.
F. A. Hayek ha dejado para la posteridad el mejor argumento económico para explicar el desempleo. Él señaló que el desempleo no es un problema de demanda agregada de bienes sino una consecuencia de la discrepancia entre la demanda de bienes y la localización de recursos para producir esos bienes. El desempleo se debe a una discrepancia entre demanda y oferta de bienes. Se deduce inmediatamente de esta excelente teoría económica del desempleo que todo aquello que altere esta sincronía entre demanda y oferta será una causa posible de desempleo.
Sí un factor externo, como puede ser alguna intervención proveniente del gobierno o el accionar dominante de un monopolio, altera esta sincronía entonces lejos de resolver el problema de desempleo no podrá generar otro efecto que profundizarlo. Por ejemplo sí un gobierno estimula la demanda agregada de bienes, lo cual se financia últimamente con emisión monetaria, ese simple hecho acentúa la discrepancia de manera directa; con el agravante de que ninguna mente podrá asegurar que la relocalización de recursos inducidas por la intervención del gobierno se dirija en dirección del ajuste hacia la correspondencia entre demanda y oferta. Es más, sobrada evidencia sugiere que esta clase de intervención del gobierno va en la dirección opuesta y esto ocurre porque se exagera la localización arbitraria de recursos hacia actividades improductivas e ineficientes, provocando en el mediano o largo plazo un incremento aún mayor del desempleo pues estas actividades no pueden ser exitosas y se vuelven apuestas perdedoras.
Según esta idea de Hayek los factores que determinan la sincronía son, en su abrumadora mayoría, no medibles, o inconmensurables, y casi todos no observables. La estructura económica resulta ser de tal complejidad que la mayoría de los factores y hechos que determinan sus propiedades características son esencialmente desconocidos. Es precisamente este principio de ignorancia el rasgo distintivo de este fenómeno social: el fenómeno económico. El fenómeno económico es demasiado complejo como para distinguir y medir aquello que guía su comportamiento definitivo, y en esencia nunca podrán conocerse estos factores. Ninguna mente puede llegar a conocerlos completamente.
Hayek detalla esto con insuperable claridad: “...It is indeed the source of the superiority of the market order, and the reason why, when it is not suppressed by the powers of government, it regularly displaces other types of order, that in the resulting allocation of resources more of the knowledge of particular facts will be utilized which exists only dispersed among uncounted persons, than any one person can possess...”. El conocimiento relevante, el que determina los mejores resultados, es aquel que se encuentra disperso entre todas las personas de la sociedad: un poquito en una persona, otro poquito en otra persona, y así sucesivamente de tal forma que ninguna mente lo puede reunir y manipular.
En este contexto de ignorancia casi total, ningún gobierno, ninguna empresa, ninguna persona individual dispondrá de esa información que gobierna el comportamiento de la economía. Con esto, cualquier intervención arbitraria tendrá muy baja, sino ninguna, probabilidad de éxito. En particular, la política de emisión monetaria destinada a estimular la demanda agregada con el propósito de reducir el desempleo solo cosechará un mayor número de personas desempleadas en el futuro, por la simple razón que tal política fue diseñada sobre la base de un conocimiento deficiente, que ignora aquella información esencial que rige el desempeño de la estructura económica.
La historia económica, en el mundo, está repleta de evidencia que muestra sucesivos fracasos de todas las políticas intervencionistas y proteccionistas. Con estas políticas se pretende recrear un escenario económico diseñado por personajes del gobierno que permita manipular los fenómenos económicos a modo de un mecanismo de la física. En este escenario los gobernantes intentan, inútilmente, reordenar la demanda agregada y relocalizar los recursos. Resulta de esta manipulación, como lo sugiere la teoría de Hayek, una exageración de la discrepancia entre demanda y oferta. En el mediano o largo plazo los factores ocultos pero esenciales para el desempeño económico operan, se vuelven superiormente dominantes, desnudando la gran maraña de ineficiencias de toda aquella inadecuada relocalización de recursos inducida por las políticas públicas de demanda. Cuando ello ocurre, deviene una crisis que se expresa con alta inflación, alto desempleo y recesión económica.
Esta clase de crisis ocurrió, por ejemplo, en Argentina al final de la década de los 1980's, al final de la década de los 1990's, y es lo que sucede ahora, al final de los 2000's, por la aplicación de políticas intervencionistas y proteccionistas a lo largo de estas décadas. Es lo que le ha ocurrido a los Estados Unidos como consecuencia de políticas invasivas del gobierno, lo cual se ha profundizado significativamente a lo largo del 2009 con el establecimiento del estado de bienestar impulsado por la administración Obama. De seguir este rumbo, es casi seguro que la administración Obama provocará una crisis con consecuencias mucho mas dañinas a la crisis del 2007-2008.
El estado de bienestar y su concepción socialista, una intromisión agresiva directa de los gobiernos como factor determinante de las pautas de consumo de los habitantes y de la relocalización de los recursos productivos, va exactamente en la dirección opuesta a aquellas fuerzas que concurren en la determinación del equilibrio económico. Las políticas de bienestar son poderosos factores que compiten con los factores que determinan la sincronía natural entre la demanda y la oferta. Por el principio de ignorancia, a la larga éstos factores naturales dominan y, al colisionar con aquellas fuerzas opuestas que provienen del bienestar socialista, deviene una crisis generalizada en la economía.
Esta clase de crisis es la que se ha estado gestando en toda la (UE) Unión Europea debido a la aplicación de políticas inadecuadas durante décadas. La enorme presión que las fuerzas intervencionistas y proteccionistas ejercieron, especialmente a lo largo de la última década de gobiernos socialistas, condujo a las economías de la unión a una situación de discrepancia entre demanda y oferta de bienes que terminó explotando, hoy en Grecia, mañana seguirá en España, Irlanda, e Italia, y así, desatando una crisis que se extenderá a todos los demás países miembros y, probablemente, al resto del mundo. A mi juicio, la crisis en la UE es inevitable. El rumbo natural de la economía es incompatible con el rumbo que se intenta imponer desde la intervención y protección impulsada por los gobiernos. El poder de las fuerzas naturales es inimaginablemente superior a cualquier política de manipulación diseñada por el hombre. Luego, dado el antagonismo, el reordenamiento económico no podrá suceder de manera gradual sino violentamente con una gran catástrofe económica.
A diferencia de crisis anteriores, en la actualidad, y dado el estado de propagación de la tecnología de comunicación y del conocimiento en general, esas fuerzas que rigen el comportamiento o el carácter de la estructura económica son más poderosas aún y su campo de acción ha dejado de ser local para incidir sobre todas las economías del planeta. Entonces, las discrepancias económicas en un punto de esta compleja organización son transmitidas instantáneamente a las demás economías del mundo debido al nuevo consenso entre los habitantes de ese mundo de que una crisis puntual ha dejado de ser puntual para replicarse implacablemente en el resto de los países.
Resulta claro que una mala concepción sobre las causas del desempleo llevan a diseñar y aplicar políticas que se vuelven en contra de la prosperidad siendo estas políticas las principales causas de la inestabilidad económica mundial. Lo penoso sucedió porque, dado el viraje socialista de las administraciones gubernamentales en la última década, la mayoría de los gobiernos eligieron creer en el enfoque racionalista de la economía, suponiendo que esa racionalidad dotaría al hombre de la suficiente habilidad intelectual y operativa para diseñar e implementar un sistema económico de comando y control. Evidentemente esto ha fracasado, afortunadamente por la implacable acción del inviolable principio de ignorancia impidiendo que cualquier mente humana conozca en plenitud ese sistema económico. Pero este error no será gratis para nuestra especie. Lamentablemente este error se pagará muy caro con las destructivas consecuencias de una Nueva Crisis Económica Mundial.
Atte.
Juan Carlos Vera. Buenos Aires, Argentina.
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sábado, mayo 01, 2010
Economistas No-Economistas
Los gobernantes intervencionistas y proteccionistas del mundo pretenden manipular la economía a su conveniencia. Ellos se asocian con grupos de amigos, grupos empresarios y sindicatos, para convalidar privilegios y obtener beneficios a costa de un severo deterioro tanto en la organización económica como en la prosperidad de las personas. Esta situación convierte a estos señores en personajes despreciables. Pero mucho mas desagradables aún son los economistas, asesores de estos señores, quienes terminan convalidando esta visión. Economistas que no piensan como economistas. Milton Fiedman dijo alguna vez “...I have found, over a long time, that some people are natural economists. They don't take a course, but they understand--the principles seem obvious to them. Other people may have Ph.D.s in economics, but they're not economists. They don't think like an economist. Strange, but true.". Print pdf.
Es muy habitual encontrar la clase de pseudo-economistas mencionados por Fiedman. En los países latinoamericanos abundan y perduran. No extrañamente todos ellos ocupan cargos jerárquicos en ministerios públicos ostentando la etiqueta de ministro de economía. Algunos de ellos cumplen su papel de fiel sirviente del controlador y de tanto en tanto caen en el completo ridículo. Por ejemplo se ven reescribiendo un diccionario económico para el rey inventando nuevos conceptos como el de inflación: inflación=tensión de precios.
Humildemente, les sugiero a estos señores seudo-economistas que, en lugar de delirar con conceptos que solo indican la magnitud de su retraso intelectual y su erosionada capacidad crítica para pensar, tomen la primera clase sobre teoría de precios. Aunque por el principio de Friedman apostaría que, si alguno de ellos lograra leerla, ninguno lograría entender esta primera clase.
Hayek, hace casi 40 años, escribió: “...In fact, in the case discussed, the very measures which the dominant 'macro-economic' theory has recommended as a remedy for unemployment, namely the increase of aggregate demand, have become a cause of a very extensive misallocation of resources which is likely to make later large scale unemployment inevitable. The continuous injection of additional amounts of money at points of the economic system where it creates a temporary demand which must cease when the increase of the quantity of money stops or slows down, together with the expectation of a continuing rise of prices, draws labour and other resources into employments which can last only so long as the increase of the quantity of money continues at the same rate or perhaps even only so long as it continues to accelerate at a given rate. What this policy has produced is not so much a level of employment that could not have been brought about in other ways, as a distribution of employment which cannot be indefinitely maintained and which after some time can be maintained only by a rate of inflation which would rapidly lead to a disorganisation of all economic activity. The fact is that by a mistaken theoretical view we have been led into a precarious position in which we cannot prevent substantial unemployment from reappearing; not because, as this view is sometimes misrepresented, this unemployment is deliberately brought about as a means to combat inflation, but because it is now bound to occur as a deeply regrettable but inescapable consequence of the mistaken policies of the past as soon as inflation ceases to accelerate...”.
Imagino a estos señores, seudo-economistas, imposibilitados de entender los términos de Hayek. También supongo que jamas podrán leer a Hayek. Lo cual me tiene sin cuidado. Lo que verdaderamente me apena es que estos payasos, servidores de la servidumbre, obtengan una paga ayudados por la fuerza pública para sustraer ingresos de la mayoría de las personas a quienes se les cercena su prosperidad. Verdaderamente me apena esta trágica intervención de los economistas no-economistas...
Atte.
Juan Carlos Vera. Buenos Aires, Argentina.
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