En el ambiente se respiraba economía pura. Entre sesiones se podía advertir a los disertantes esperando ansiosos la próxima conferencia. El deleite de los resultados y las críticas. Como queriendo confirmar o refutar alguna de sus apresuradas hipótesis. Ese es el frenético agitar que se observa cuando se intenta asistir a una conferencia con mas de 150 exposiciones científicas que se despliegan durante tres días. La diversidad de enfoques y presentaciones no alcanzaron para opacar un centro de gravedad conceptual dominante: la crisis económico-institucional de Argentina. Los desaciertos de sus gobernantes. Los efectos desastrosos en el largo plazo y el empobrecimiento permanente al que se nos intenta sentenciar. Ese es el sabor que percibo a la distancia.
Entre el 19 y el 21 de Noviembre pasado tuve la suerte de asistir a la XLIII reunión anual de la Asociación Argentina de Economía Política (AAEP) que se llevó a cabo usando las instalaciones de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) en la siempre agradable ciudad de Córdoba. En esta oportunidad se presentaron mas de 150 trabajos, siendo autor de uno de ellos y que ustedes pueden consultar aquí. Además pude comentar un excelente paper escrito por I. Jalilé y C. Calderón. También recibí los comentarios que Gastón Milanesi tuvo la gentileza de escribir sobre mi paper. Adicionalmente pude presentar mis réplicas a ese comentario y recibir réplicas a mi comentario al trabajo de Jalilé y Calderón.
La lectura de algunos de los trabajos publicados me ha resultado por demás agradable. Y espero que muchos puedan leerlos. Uno de los temas tratados me llamó especialmente la atención: el notable progreso de la Neuroeconomía. Rama de la economía que se funda sobre bases mucho mas morfológicas y fisiológicas del ser humano de lo que lo hace la economía tradicional que hemos estudiado en los cursos de microeconomía. Por supuesto no comparto para nada la opinión de quienes sostienen que esta nueva rama de la economía es no matematizable. A los dudosos les sugiero que repasen algunos conceptos del alucinante campo de la matemática que se llama topología.
Córdoba será siempre una hermosa ciudad mediterránea. Paisajes con su gente forjan una mezcla especial. Siempre me atrajo la excelencia académica de sus universidades. Será tal vez porque he estudiado en una universidad vecina en donde los profesores de la UNC dejaron bien marcada la impronta de su forma de ver las cosas. A lo largo de las jornadas pude sentirme en absoluta calma para pensar. Sin punteros tipo k dirigiendo desagradables piqueteros matones, el panorama del evento relucía como un edén. Ese hecho fue para mi aliviante en esta Argentina de arrebatos que un puñado de miserables nos quieren hacer vivir hoy. Vale entonces decirlo con todas las letra: Córdoba, Viva Córdoba.
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