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lunes, julio 01, 2024

Los Beneficios de la División Espontánea del Trabajo

La división del trabajo es una ley praxeológica fundamental; no hay nada por debajo de ella que la explique, más allá de su superioridad lógica: la división de tareas y la concertación de actos humanos es siempre superior a cualquier otro arreglo social posible. Pero no cualquier división del trabajo es exitosa. El fenómeno funciona cuando ocurre bajo condiciones espontáneas de mercado. El mercado localiza los problemas para simplificarlos en la misma forma en que la navaja de Ockham sintetiza su explicación. Por qué esto funciona bien bajo condiciones de mercado?.

Qué es el mercado? Como lo dijo von Mises: "el mercado no es ni una entidad, ni un lugar, ni un contrato ni una organización; el mercado es el proceso mediante el cual las personas, concertando espontáneamente sus actos, producen e intercambian bienes económicos usando el dinero como medio de pago en sus desafíos para satisfacer lo mejor posible sus necesidades." Es más, el mercado es el mejor proceso de concertación, pues ningún otro lo supera.

La definición, proporcionada por Mises, es tan contundente que de ella se deriva la teoría económica completa. Es equivalente a la componente económica contenida en el axioma de la acción humana: el hombre actúa. Mises dijo: "la teoría económica es el estudio del fenómeno de mercado, junto a sus causas y consecuencias en la acción humana." Pero por qué el mercado resulta ser el mejor proceso? De dónde viene la magia?.

Un sistema económico disminuido que sólo produce bienes finales empleando trabajo (L) y recursos naturales (N), una economía de trabajo y recolección, no ofrece muchas posibilidades para expandir el mercado. Si bien la propiedad privada, la libre producción y el libre intercambio con dinero resulta ser la mejor alternativa para dividir y concertar tareas, un sistema capitalista tan elemental tiene alcances y resultados limitados.

Si un sistema como este produce n bienes finales xi(Li, Ni), la extensión M de ofertas y demandas en el mercado queda superiormente acotada por la expresión M≤n[1+2]=3n, donde se tiene en cuenta los n bienes mas los dos factores productivos por cada bien xi. Si hay 1000 bienes entonces se tiene 3000 instancias de oferta/demanda. Es decir, el mercado de factores responde sólo linealmente al mercado de productos de consumo.

El cómputo de M se complejiza al considerar factores de producción producidos, más allá del trabajo y los recursos naturales. Los factores producidos generan nuevos requerimientos de trabajo y recurso naturales, además de otros factores producidos. Si por ejemplo se tienen cinco capas de factores producidos tal que en cada capa, además de trabajo y recurso natural, se emplea 1 único factor producido salvo en la última capa, entonces por cada bien final se tendrá un Mi≤5+12+1=18 (5 factores producidos, 12 (6 y 6) trabajo y recursos naturales y 1 producto de consumo considerado).

Sabiendo que qis representa un factor producido y que el número de capas c es igual a cinco, el valor 18 se deriva al contar instancias oferta/demanda en el siguiente modelo:

xi(Li, Ni, qi1)
qis(Lis, Nis, qi(s+1)) 1≤s≤c-1
qic(Lic, Nic)

Para n bienes, M queda acotada por: M≤18n. Así, con 1000 bienes de consumo, el mercado se expande de 3mil a 18mil instancias de oferta/demanda por sólo agregar cinco capas de producción con un único factor producido en cada capa.

En el caso general de c capas y f factores producidos, el modelo para contar instancias oferta/demanda queda:

xi(Li, Ni, qi11, qi12, ..., qi1f)
qisk(Lisk, Nisk, qi(s+1)k1, qi(s+1)k2, ..., qi(s+1)kf), 1≤s≤c-1, 1≤k≤fs
qick(Lick, Nick) 1≤k≤fc

A pesar de la parafernalia de subíndices, de este modelo se obtiene que la cota superior Mi de instancias oferta/demanda para cada bien de consumo final es una expresión simple, tal como se aprecia en [2]:

Mi≤∑(s=1,c)fs+2(1+∑(s=1,c)fs) [1]
Mi≤2+3∑(s=1,c)fs [2]
M≤2+n(3∑(s=1,c)fs) [3]

Donde ∑(s=1,c)fs es la expansión de instancias oferta/demanda de factores producidos, 2(1+∑(s=1,c)fs) es la expansión de instancias oferta/demanda de trabajo y recursos naturales, n es el número de bienes de consumo, c es la cantidad de capas y f es la cantidad fija de factores producidos por capa, salvo en la última capa.

La cota (en [1], [2] y [3]) se expande según una serie exponencial de c operando sobre f y es por ello que un aumento de estos componentes hace explotar las instancias de oferta/demanda en el mercado, lo cual se corresponde con mayor producción, mas empleo de factores de producción, más productividad, mayor retribución a los factores, más ingreso, más riqueza y mas prosperidad.

Para dar una idea del efecto exponencial de c operando sobre f, considere el siguiente caso: si se tiene 10 bienes finales y ningún factor producido y por lo tanto ninguna capa intermedia, entonces M≤25; pero si se agregan 5 factores producidos y cinco capas, entonces M≤93770. Es decir las instancias potenciales de oferta/demanda pasan de un magro 25 a casi 100mil. Imagine lo que ocurre en una situación real donde hay millones de bienes involucrados en la enmarañada trama del sistema económico!.

Los factores de producción producidos son una componente esencial del capitalismo. La naturaleza no produce prosperidad para el humano; la prosperidad debe ser producida por el humano. Y la única manera de alcanzar éste objetivo es produciendo medios de producción. Una larga secuencia de factores producidos en cadena permite al humano generar más y mejores bienes de consumo final. Hace 200 años, con mercados muy primitivos, de las mil millones de personas en el mundo el 95% era pobre; hoy en día, de los 8 mil millones de seres humanos, sólo el 5% es pobre. Este es un logro del libre mercado y su división del trabajo.

Desde hace siglos se produce trigo y maíz; en el pasado, la siembra y la cosecha se ejecutaban con tracción a sangre: arado de mancera, bueyes y muchos humanos caminando sol a sol al lado de las bestias. Hoy en día, se siembran y cosechan esos granos con máquinas que requieren la producción y ensamblado de millones de piezas cada una de ellas producidas en complejas fábricas que emplean cientos de miles de trabajadores especializados. Por ello, la cosecha del pasado sólo cubría necesidades de príncipes, reyes y sus ejércitos, mientras que hoy en día la cosecha alcanza para cubrir requerimientos de 8 mil millones de personas. Esto resulta del uso de millones de factores producidos.

El comunismo/socialismo, esas variantes extremas del colectivismo, pretenden instalar una sociedad -un sistema de cooperación- sin propiedad privada y reemplazar el sistema de precios por un esquema centralizado de información económica. Bajo estas condiciones, de centralización compulsiva, desaparecería la oferta y demanda espontánea de factores producidos y se anularía toda fuente de riqueza y prosperidad de la vida social del hombre. Por eso colapsan estos sistemas. El comunismo/socialismo, como toda clase de colectivismo, sólo traen pobreza, miseria y violencia al desatar el colapso en la red productiva espontánea.

Se observa que la ley de división del trabajo opera en perfecta correspondencia con el fenómeno económico de mercado. Ocurre que la localización del fenómeno económico intensifica los beneficios de la división del trabajo. Esta localidad maximiza beneficios porque la más uniforme distribución de la información localizada permite extender al extremo los alcances de la división del trabajo. Esto sólo ocurre bajo condiciones espontáneas del libre mercado. De ahí la superioridad de este sistema de cooperación social.

La explosión exponencial de ofertas y demandas sólo ocurre bajo condiciones de libre mercado, siendo esto lo mejor para generar riqueza y prosperidad. Cualquier interferencia, cualquier obstáculo al libre mercado, contrae la cota de expansión de oferta/demanda y con ello degrada la capacidad del mercado para generar beneficios. Poner restricciones a las personas en el mercado siempre encoge las posibilidades de producción y empleo de factores productivos, siempre destruye los beneficios de la división espontánea del trabajo.

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